La crudita se impone ante la ausencia de alternativas desde la oposición

Economia Solidaria

En el concierto Adentro el sábado pasado, el grupo musical más contestatario en América Latina y el Caribe, y de origen puertorriqueño, Calle 13, por vía de su cantante René Pérez, hizo manifestaciones abiertas en contra del último impuesto del Gobierno, llamada la “crudita”. Se trata de un impuesto, el número 85, que impone la administración del oficialista Partido Popular Democrático (PPD), y su gobernador Alejandro García Padilla, que se le adhiere al precio del barril de crudo de petróleo antes de entrar a la jurisdicción de Puerto Rico.

Dicho impuesto, técnicamente hablando y según el Gobernador, solo elevaría en 4 centavos el importe. No obstante, aún no sabemos cuánto realmente nos costará la gasolina, la electricidad, el transporte, los servicios, los bienes de consumo, etcétera. Es decir, todos y todas en esta economía territorial-colonial se verán afectados por dicho nuevo importe.

Entonces, la postura del grupo Calle 13, se queda como tantas otras en estos días, que ante el desconocimiento y el entendido no técnico de dicha legislación, aprobada anoche por 26 votos (25 votos del partido oficialista y uno del principal partido de oposición, el Partido Nuevo Progresista, PNP) en la Cámara de Representantes, pasa ahora a ser firmada por el gobernador García Padilla. El Senado ya la había aprobado hace unos días. No obstante, ni por los sindicados, ni por el principal partido en oposición, el PNP, ni por otros movimientos sociales o políticos, se pudo articular una respuesta clara y contundente que hiciera variar a los legisladores.

Por el contrario, lo que sucedió y que nadie lo esperaba fue el hecho de que un legislador del PNP cruzó de bando y línea política, y votó a favor de la propuesta del partido oficialista PPD. El legislador Pedro Julio “Pellé” Santiago votó a favor de la medida legislativa. Con esta acción rompió con la línea dura de su partido, el PNP, y se sumó a los que entendían que esto es bueno para el País.

Mi problema con todo el debate de la “crudita” es que se trata de legislación sumamente técnica, y que más allá de la prensa comercial que algo intentó en explicarla, nadie, ni académicos ni activistas, han podido aclarar de manera sesuda la misma. Lo que se queda es la postura de activismo ligero, que por ser otro impuesto no se debe de imponer. Las oposiciones, todas, no pudieron articular nada más allá de votar en bloque en su contra, y un piquete el pasado lunes, 1 de diciembre, al cual fue muy poca gente.

Entonces desde la mirada de la economía solidaria, desde los que sufrimos en cuanto a vivir con otro impuesto más, hay que reconocer que fuimos derrotados. El gran ganador de esta gesta es el propio gobernador García Padilla, que se impuso con su impuesto, que salvó al Banco Gubernamental de Fomento desde su perspectiva, y que logró desarticular a todas las oposiciones, incluyendo al Partido Nuevo Progresista. Resta decir que el Partido Independentista Puertorriqueño, por vía de su senadora María de Lourdes Santiago, aunque de forma digna se opuso en el Senado, fue también derrotado. Los otros movimientos o partidos minoritarios no pudieron articular nada, ni el pensamiento de oposición.

¿Entonces qué nos resta luego de esta experiencia? Que hay que gestar respuestas claras con contenido real. Meramente decir que la crudita sabe mal, está mal cocida, no va, es arbitraria, no crea un alter-país. Que este debate también demuestra lo comprometido que están todos y todas los economistas del País, que ninguno proveyó un mapa alterno con el cual cuestionar al Gobierno. Es tiempo de reorganizar nuestros pensamientos y volver a empezar. Vendrán aún más impuestos.

Crédito foto: Don Hankins, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)