Ayer al caer el día, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, a eso de las 5:50 de la tarde dio un mensaje al País sobre el nuevo sistema de impuestos tributarios que habrá de ponerse en vigor. Para un país cuyas finanzas nacionales y personales se encuentran muy maltrechas, este mensaje debe haber constituido la principal noticia de la noche.
Dicho esto, en el principal noticiario de la noche, de una las cadenas de televisión transnacionales que operan en Puerto Rico, en su horario de las 10 de la noche, el orden de las noticias fue impresionante: primero, la muerte del padre de una artista; luego, la pelea de dos estudiantes en una escuela; tercero, el tiempo; cuarto, los deportes; quinto, los hijos de un famoso cantante puertorriqueño; finalmente y luego de iniciada la segunda parte del noticiario, llegamos al Gobernador. En otras palabras, la noticia es, literalmente hablando, un espectáculo comercial. La noticia de contenido informativo, esa que puede afectar la decisión de la audiencia de quedarse o no en la Isla, es secundaria.
Luego de esto, todos los noticiarios y algunos medios de prensa han acuñado la frase de “y ahora vamos a la noticia positiva del día”. Es decir, las noticias son negativas, no nos hacen sentir bien, pero siempre existen las positivas. De ordinario estas versan sobre algún acto comunitario de un buen samaritano o samaritana. Por ejemplo, hacerle un donativo a un hospital cuya clientela son niños y niñas.
El problema es cómo lo anterior nos afecta. Cómo manejar un país, en el cual uno desea participar desde la noticia que social, política o económicamente afecta a uno y, a partir de ahí, transformar el País. No es fácil, pues sin lugar a dudas el proceso de adoctrinamiento que tiene en nosotros ese tipo de noticia crea un cambio cultural nefasto. Es decir, ¿por qué la muerte del padre de un artista o la pelea de dos niñas en una escuela es la principal noticia del País? Usted evalúe y responda.
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