Hoy se fragmenta la sociedad en diversos sectores en torno a la reforma del IVA. El actual gobierno de Puerto Rico, dirigido por el Partido Popular Democrático (PPD) y el gobernador Alejandro García Padilla, apoyan este impuesto como tabla de salvación fiscal. Los que se oponen, se organizan en por tres grandes grupos. Por un lado el partido de oposición, Partido Nuevo Progresista (PNP) que actúa de manera oportunista por contrariar al adversario. Se dividen en dos bandos, los del comisionado residente, Pedro Pierluisi, y los del candidato no anunciado a gobernador, Ricardo Roselló. Mera politiquería, ya que una vez lleguen al poder no tocarán el sistema de impuestos implantado.
Un tercer grupo lo componen coaliciones que abarcan desde tres alcaldes, San Juan, Caguas y Carolina, sectores estudiantiles y sus familias, académicos, libreros, así como consumidores que claman exclusiones a la educación privada, libros, servicios médicos y medicinas, los sindicatos, personalidades comunales y sectores de izquierda que han convocado una asamblea para estructurar una oposición de masas. A éste sector me uno porque es el agua donde respiro como el pez. Tal parece que las izquierdas se fragmentan y andan separadas en dos convocatorias. Lo ideal es que haya una convergencia. A una marcha unitaria de todos los sectores es la que me gustaría asistir.
Dentro de ese frenesí, que en cierto modo paraliza como la Gorgona mortal en los cuentos mitológicos, los defensores del tributo argumentan que entre los modelos contributivos el sistema del IVA es el mas completo para captar recaudos y enfrentar la evasión y por esa razón es el modelo implementado en la inmensa mayoría de los países de Latinoamérica y el orbe. Estipulemos que ha sido utilizado- con críticas- en otros países, pero en Puerto Rico no ha de servir.
La crítica más ilustrada plantea que los recaudos, pueden aumentar a un costo social muy alto, pero se van a diluir y desaparecer. Se los van a tragar los dos dragones, las medusas gorgonas, más viciosos que tenemos: los acreedores de la deuda pública odiosa impagable y los gastos del aparato penal-militar que implementa el modelo guerra contra las drogas. Si sobra algo se lo comerá la corrupción y la burocracia.
La gran aspiradora del IVA se cocina hoy a alta temperatura (en "high"). Aspirará muchos recaudos. Es como el mejor exprimidor de jugo de naranja, el cual sacará casi todo el jugo a nuestra fruta que está casi seca. Pero se lo beberán los dos dragones de apetito insaciable. Y no dudemos de que luego de implantado el IVA, con las concesiones que la fuerza de los diversos sectores sociales logren conseguir, el gobierno, más adelante, empujado por el apetito del monstruo de la deuda pública, derogue las exenciones ofrecidas a los sectores más débiles con la excusa de que los recaudos no son suficientes para pagar a los bonistas.
Nada de esto termina el drama. Se apruebe o no el IVA y la reforma contributiva, el país continuará de mal en peor. Más empobrecido, todos sus sectores más afluentes descapitalizados, más pobres los pobres, trabajadores, agricultores y desempleados. Continuarán los viajes y crecerá la diáspora y la fragmentación y balcanización de nuestra nación no se detendrá.
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