Es curioso, pero existe esta semana una posibilidad, hoy real, de que Puerto Rico a través de su corporación pública llamada la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), se vea imposibilitada de pagarle a sus bonistas o negociar con ellos un acuerdo de pago a satisfacción de ambos. Si esto pasa, y de conformidad con los contratos vigentes desde 1974, entonces la AEE podría ser demandada en los tribunales para exigir cumplimiento estricto. La conversación ronda hoy por sobre mil millones de dólares.
Sin lugar a dudas que el plan de reestructuración propuesto por la oficial a cargo, Lisa Donahue, ayuda en parte a reducir la tensión y a transformar la incapacidad de pago, ya a nivel estructural, de dicha corporación pública. No obstante, algunos fondos de bonistas, incluyendo el consorcio de banca local liderado por Scotiabank, se oponen a la moratoria. La moratoria que hoy se pide es de cinco años.
Ahora bien, ¿cómo debe enfrentar el País a los bonistas y la incapacidad estructural de no poderles pagar? Es curioso, pero ante esto uno pensaría que estamos en una situación crítica de país y que la posibilidad de algún tipo de frente común para sacar a la Isla de la crisis es posible. Dicho lo anterior, el comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, del Partido Nuevo Progresista (PNP), ha presentado legislación en el Congreso de EE. UU. para que la Isla sea incluida en la ley federal de quiebra. Este proyecto, el 870, cuenta con el aval del Gobierno de Puerto Rico, liderado por el Partido Popular Democrático.
Lo curioso es que la legisladora del también partido en oposición, PNP, Jenniffer González, se ha opuesto abiertamente a su presidente, Pierluisi, y a cualquier gestión que permita que Puerto Rico sea beneficiado por la ley federal propuesta. Es un acto muy curioso de desafío, pero peor aún, de alianza con los intereses de los capitales corporativos en EE. UU. que se oponen.
Puerto Rico se encuentra en una coyuntura muy delicada. Lo más interesante es ver a los políticos de turno tomando posturas a favor o en contra de lo que aparenta ser el bienestar del País. Hoy la legisladora González se alinea con el capital corporativo de EE. UU. Prohibido olvidar.
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