La diáspora contraataca: El Mesón en Orlando

Economia Solidaria

La diáspora contraataca es el título de un libro publicado en el 2009 y escrito por Juan Flores. El libro narra las historias de migrantes que se enfrentan al reto de insertarse en una nueva cultura y de lidiar con el problema de la cultura que dejaron en su país de origen. El libro también narra la historia de aquellos que regresan, aunque sea de visita, y del choque cultural/social que experimentan. Esa narrativa, tan característica de Juan Flores, recientemente fallecido, nos introduce en las dimensiones económicas de la diáspora. Los que salen del País no se van definitivamente, eso lo sabemos todos; muchos mantienen lazos profundos con Puerto Rico. Muchos salen por razones de empleo, académicas, profesionales, pero continúan activos en movimientos sociales, causas y proyectos de Puerto Rico.

Conocí a una abogada residente de Nueva York que seguía siendo miembro del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico y se mantenía activa en las comisiones de dicha organización. Conocí a un teólogo que, viviendo en Princeton, continuó trabajando incansablemente por las causas de Puerto Rico. Conozco estudiantes, profesionales y otros que, viviendo en Estados Unidos, siguen siendo parte de las luchas de la Isla. Otros se olvidan, otros no tienen tiempo, y eso se entiende, pero muchos continúan teniendo una vida transnacional. Esa transnacionalidad es parte fundamental de la realidad de las diásporas.

La diáspora seguirá siendo parte de la Isla, aun cuando su lenguaje deje de ser el español. Ese proceso, algunos lo han querido llamar transculturación; yo prefiero reconocerlo como un ejemplo del pragmatismo lógico que tiene que asumir la diáspora; es parte de los choques de los que se fueron con los que se quedaron. Algunos, no todos, de los que se quedan asumen que si no hablan español no pueden ser puertorriqueños. Otros dicen que si nacieron fuera del territorio no son boricuas. Yo comparto la opinión de Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños en CUNY, quien afirma que cuando le dicen que los de “allá” no son boricuas él responde “deal with it”. Ciertamente, brega con eso, como diría otro miembro de la diáspora que más no puede habernos escrito y descrito, Arcadio Díaz Quiñones. La realidad es que la diáspora ha transformado a Puerto Rico en una nación transnacional.

Recientemente se anunció que El Mesón, una cadena puertorriqueña de comida rápida, abrió sus puertas en “The Florida Mall”. La gran noticia era que unas mil personas hicieron fila para comer en dicho establecimiento. Yo, por mi parte, creo que la noticia hubiera sido si la gente no hubiera respondido de esa manera. ¿Cuántas veces no hemos ido a una famosa cadena de farmacias en Poinciana y hemos encontrado que más de la mitad del personal es boricua? ¿Cuántas veces no hemos caminado el “The Florida Mall” y hemos escuchado miles de conversaciones con nuestro acento, en inglés o español? Claro que la diáspora boricua de Orlando va a comer en El Mesón. No es cosa de orgullo ni de nacionalismo, es, simplemente, que es parte de lo que son.

La pregunta que nos queda es, ¿cómo esa experiencia nos anuncia una nueva forma de pensar nuestro desarrollo económico? Por ejemplo, algunos podrán pensar que la transnacionalidad de la economía es mala porque el dinero no viene a Puerto Rico. Yo difiero. Si nuestros empresarios pueden penetrar mercados de la diáspora y brindar un servicio, alimento, objeto o algunos bienes, a buen precio y respondiendo a las necesidades culturales de la comunidad boricua, ¿por qué no hacerlo? A lo mejor es hora de que nos pensemos contando con ese sector de la diáspora que continúa ligado a nuestro País. No solamente pensando en ellos como consumidores, que sí lo son, sino también como emprendedores. Tal vez, así como en el pasado tuvimos oficinas de gobierno dedicadas a proteger los derechos de los trabajadores migrantes, hoy deberíamos tener oficinas dedicadas a ayudar a los migrantes empresarios y a los empresarios migrantes. A lo mejor lo que nos toca hacer es pensar la economía desde otra perspectiva y así podríamos construir un nuevo proyecto económico, transnacional y solidario.

 

Crédito foto: Andrew E. Larsen, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.0/)