El impago de la deuda: ¿tenemos una respuesta de izquierdas no neoliberal?

Economia Solidaria

El problema no es la derecha ni el Gobierno en cuanto a la deuda pública de Puerto Rico, la cual asciende a sobre $73 mil millones de dólares. El problema real es que desde la izquierda no tenemos respuestas consistentes que no sean neoliberales. Desde febrero de 2015, que el gobernador Alejandro García Padilla presentó su proyecto del Impuesto al Valor Añadido (IVA), el cual fue subsecuentemente derrotado en la legislatura, todas las respuestas que han capitalizado en este debate apuntan a lógicas neoliberales impulsadas por el capital y a las cuales la izquierda de forma no crítica se sumó.

Hoy vamos transitando por una ruta, la cual a pesar de la no aceptación oficial, se ve venir: el impago por parte del Gobierno de Puerto Rico de sus obligaciones con los bonistas es una opción que está ya en la mesa. Tanto el gran capital financiero de Nueva York, lo está discutiendo; como también la presidenta del Banco Gubernamental de Fomento, Melba Acosta; como también lo discute ampliamente la prensa comercial y corporativa de la Isla. Entonces, ¿quiénes son los únicos que no lo discuten con propuestas concretas? Pues en nuestra impresión, el tema del impago sigue siendo un tema tabú en la amplia izquierda puertorriqueña. Es un tema al cual a su agenda de trabajo aún no ha llegado. Por lo tanto, nos quedamos nuevamente con la hegemonía de la derecha en este tema y la postura administrativa del Estado.

Para los que vienen de una larga tradición de izquierdas, amplias y no ortodoxas, saben que la tesis del impago de la deuda pública no es un asunto nuevo en el Caribe y América Latina. Ya en la década de 1980, el Gobierno de Cuba, bajo el liderato del entonces presidente Fidel Castro, había promovido la tesis del impago de la deuda para todo el continente. Fue un tema debatido y algunos países siguieron dicha senda. Más recientemente, el Gobierno de Argentina también se ha planteado esto, al punto que está en abierto desafío contra los llamados fondos buitres o fondos de plena especulación.

En este momento la opción de no pagar la deuda pública emerge como una lógica. Posiblemente ante la Constitución del Estado Libre Asociado, que pese a sus limitados poderes constitucionales sí dispone en su Artículo 6, sección 8, el pago de la deuda como prioridad en la responsabilidad pública, hay que pensar en soluciones que sean viables ante nuestra crisis actual.

Curiosamente, y de forma correcta, el Gobierno de Puerto Rico ya estableció una base en el proyecto de ley ya aprobado tanto por la Cámara de Representantes como por el Senado, de eliminar una disposición de ley que hace penalmente responsables a los directivos, los oficiales y los empleados del Banco Gubernamental de Fomento por el impago de la deuda. Esta medida, a ser firmada ahora por el Gobernador, allana el camino para el impago.

De otro lado, Lisa Donahue, la oficial de reestructuración de la Autoridad de Energía Eléctrica, ha planteado el impago parcial por un término de cinco años. Esta es una opción. No obstante, una moratoria más prolongada podría ser una solución correcta: el no pago por 10 a 20 años.

Ahora bien, para llevar a cabo un impago estructurado, por un período prolongado de 10 a 20 años, necesitamos enmendar la Constitución del Estado Libre Asociado. Esto se podría hacer vía un referéndum popular que invite al pueblo a expresarse en torno al no pago de la deuda y la reestructuración en un plazo de 10 a 20 años de las finanzas del País. Esta reestructuración por encina de líneas partidistas.

Lo que no puede pasar es que el Gobierno de Puerto Rico siga luchando por pagar la deuda pública y privilegie a los bonistas, nacionales o internacionales, y deje al descubierto sus responsabilidades sociales y de política pública para con el pueblo en general y con el pueblo trabajador en particular.

Es momento para las izquierdas en Puerto Rico de concertar un plan de salvación nacional. El mismo no puede reproducir las lógicas neoliberales de reducción del Gobierno y privatización de los servicios. Hay otras opciones. Modificar la Constitución es el primer paso.

Una opción adicional es explorar las llamadas Asambleas Constituyentes de lo Social para que en un foro multipartidista y multisectorial desde la sociedad civil, todos los sectores allí representados, ayuden a transformar en el largo camino la presente crisis. Pero de lo que nadie hoy nos salva es del impago. Apostemos a una solución desde la izquierda.

 

Crédito foto: Antonin, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/)