Sobre la deuda pública y quién la tiene que pagar

Economia Solidaria

Ya es un consenso que la deuda pública no puede ser pagada por la nación puertorriqueña. Llegó el momento de la cruda verdad. Los políticos no pueden esconderla. El pronunciamiento de que es impagable es un paso importante. Pero no es suficiente.

El informe Krueger -moldeado por expertos del FMI, Anne O. Krueger, Ranjit Teja y Andrew Wolfe, y un juez de quiebras que presidió la bancarrota de Detroit, según adelantan los medios comerciales, propone medicina bien amarga: una nueva deuda reestructurada más "suave" a ser pagada a costa del pueblo puertorriqueño: aumento en las contribuciones inmuebles, despidos de maestros y empleados públicos, desmantelar corporaciones públicas y otras de similar corte neoliberal. Luego no es tan cierto que en el fondo se crea que la deuda es impagable por nuestro pueblo.

El decreto de impagabilidad, la moratoria y auditoría ciudadana son esenciales para ilustrar que la deuda es producto del abandono o venganza del Gobierno federal luego del año 2000. ¿Luego de sacar la Marina de Vieques? Hasta el año 2000 ascendía a $24 billones. Entonces era pagable. Desde el 2000 hasta el año 2014 aumentó $47 billones hasta los $73 billones de hoy -cifras del economista Sergio Marxuach. Ante la ausencia de ingresos, los gobernante acudieron al préstamo para el pago de gastos públicos ("y no tan públicos").

La deuda aumentó exponencialmente por el abandono de la metrópolis que no dio alternativas al territorio una vez eliminó las compañías 936. Ni confiere poderes de quiebra al territorio, ni aprueba la enmienda limitada a la Sección 9 del Código de Quiebras Federal, ni concede poderes soberanos para crear y proteger la riqueza nacional y evitar el gran éxodo.

Nuestra deuda es colonial, es odiosa, está proscrita por el derecho imperativo internacional ("ius cogens”), es distinta por tanto a la griega y la de países soberanos, y los acreedores lo sabían y asumieron el riesgo.

Así las cosas, la deuda tiene que ser asumida por el Gobierno federal. Esa ruta es común a todos los sectores ideológicos y aún a los bonistas y los acreedores: les une el interés común de que salga de una vez y por todas de las sombras y dé la cara como deudor principal el único soberano responsable de esa deuda: el Gobierno federal.

No concebirlo de esa manera y disfrazar un decreto de impago para luego volver a exprimir al pueblo puertorriqueño con más tributos y sacrificios condenará al actual gobernante y al liderato político que siga esa ruta como verdugos enmascarados al servicio de los acreedores para decapitar la menguada riqueza nacional. De esa manera, jamás recuperarán prestigio y un nuevo liderato forjado por la necesidad los sustituirán en el cariño y el respeto de nuestro pueblo.

La deuda hay que enfrentarla con una postura antiimperialista, que señale el colonialismo como su causa y responsabilidad.

Crédito foto: Rafael J M Souza, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)