Ex machina o el fin de la razón humana -bienvenidos al mundo ciborg

Cine caribe

La razón es parte de un discurso de la modernidad, en particular la del siglo XIX, que nos invitó a pensar el mundo desde la mirada de la razón por encima de todas las cosas. Así las cosas, el mundo de la razón ha sido fuertemente controlado por los intelectuales y los filósofos alemanes. Desde Kant y Hegel hasta Habermas, la razón nos impone ver el mundo de cierta forma: siempre de forma lógica y sistemática, todo bajo control.

Hay algo del pensamiento no dominante de la escuela de Frankfurt y los filósofos marxistas de Alemania, en la película Ex machina (Dir. Alex Garland, Reino Unido, 2015). Es decir, la razón lo es casi todo, pero no lo es todo. La vida también es funcionalmente disfuncional, donde la razón se queda corta ante los pensamientos no funcionales. De esto trata la película: cómo entrenar a un robot, a una creación humana, a ser humana. Es curioso, pero para ver si el robot es humano, el mismo debe enfrentarse a la prueba de Turing. La prueba Turing, en honor a su creador Alan Turing, quien en la Universidad de Manchester en el 1950 plantea si una máquina puede pensar como humano. Para validar la humanidad de una máquina, lo cual no es necesariamente un acto racional, pese a que al hacerlo se hace racional, un humano debe interrogar a la máquina. ¡Bendito, qué cosas se inventa la gente!

Así las cosas, la película se desarrolla a partir de ese detalle: en una casa laboratorio de investigación corporativa, el dueño de la empresa, Nathan Bateman (Oscar Isaac) le plantea a su empleado Caleb Smith (Domhnall Gleeson) que participe de un experimento por una semana. En el experimiento, Caleb debe relacionarse vía circuito cerrado con una hermosa mujer creada por Nathan, quien es un proyecto piloto de laboratorio de nanotecnología, Ava (Alicia Vikander). El resto usted se lo imagina, pero en el día cuatro o cinco entre Ava y Caleb se había desarrollado la empatía necesaria para pensar que ella se comportaba como humano. La prueba, en este sentido había sido superada.

Pero no olvidemos, en el pasaje bíblico, Caleb es el que trae información de la tierra prometida, y, por lo tanto, un fiel creyente de Dios. Ahora bien, un detalle. Caleb es descendiente de Judas, el traidor. El resto en la película usted lo compone.

Es una fascinante película filmada con un presupuesto de $15 millones de dólares y ya ha producido sobre $36 millones. Es decir todo un éxito. Las actuaciones son extraordinarias y todo es minimalista en esta película. Se trata de un excelente guion, escrito por el director Garland, siendo esta su ópera prima.

La película dentro del género de ciencia ficción es un fuerte referente a todos los filmes previos. Utilizando ideas del genio de la ciencia ficción, Phillip K. Dick, la película recorre debates similares a Space Odyssey (Dir. Stanley Kubrick, EE. UU. 1968), Blade Runner (Dir. Ridley Scott, EE. UU., 1982) y, más recientemente, Her (Dir. Spike Jonze, EE. UU., 2014) y Lucy (Dir. Luc Besson, EE. UU. 2014).

Es la mejor película del verano, pese a ciertas limitaciones que tiene en cuanto al guion, que se concentra mucho en Nathan y Caleb, y menos en Ava, sobre todo en la primeras dos terceras partes de la película.

En fin, no puedo contar mucho, pues cuento la película. Y la película Ex machina es una sorpresa en sí misma. Tiene que verla.

Hay que verla, con un buen pedazo de pizza y una copa de vino tinto. Luego en buena compañía, aunque sea su gatito o perrito. Sobre todo que los cines ahora también dejan entrar a su mascota predilecta.