La fui a ver pues mucha gente me la recomendó. Se trata de una de las últimas películas que la casa productora Disney, en unión a la casa productora de efectos especiales Pixar, han puesto en cartelera: Inside Out (Directores Peter Doctor y Ronaldo Del Carmen, EE. UU., 2015). La película, en el género de dibujos animados, versa sobre la historia de un niñita de apenas unos 7 u 8 años, quien vivía junto a su padre y madre en el e mediano oeste de EE. UU. Luego se mudan a California, a la ciudad de San Francisco, y ahí es que se inician todos los pesares. La niña es confrontada por su subconsciente, y a partir de ahí toda la película.
El filme es a fin de cuentas uno educativo de cómo opera la psiquis humana. Pese a que pudiera ser visto como un filme dirigido a los niños, realmente hablando está dirigido a los padres de estos. En realidad, la película es de naturaleza educativa, donde se explora cómo la mente humana define sus recuerdos, su memoria lejana, profunda e inmediata.
La trama se desarrolla a partir de lo que sucede en la mente de la niña llamada Riley (Kaitlyn Días). En su mente transitan varios personajes que representan sus emociones, los cuales van definiendo la identidad de la niña. Los sentimientos son de alegría, miedo, irritación, disgusto y tristeza. Entre ellos se disputan la vida de Riley, quien dependiendo de qué sentimiento comanda su subconsciente define su comportamiento.
La película recorre la vida diaria de la niña entre la escuela, la casa y el deporte del hockey donde ella participa. En cada instancia se ve la transformación de los comportamientos de ella, dependiendo quién esté manipulando su mente. Al final, la niña aprende, o la película nos enseña que todos los sentimientos son válidos si sabemos aprender a utilizarlos para balancear las emociones.
Es un filme muy interesante que hace que uno se olvide que fue filmado pensando en un público para chiquitines. Realmente hablando, es un filme dirigido a los padres y las madres de estos. Es una película bonita que se deja ver con entusiasmo. A verla con una buena batida de chocolate.