Las insoladas o una visita del cine argentino al texto de El extranjero

Cine caribe

Para entender el cine contemporáneo, más allá de decir si me gustó o no la película, hay que tener un marco de referentes y lecturas que sirvan para interpretar el filme. Y realmente no es que uno busque algún guiño que evoque una referencia para hacer de una película mediocre un gran filme. Si no es una buena película hay que decirlo, pero si lo es, pese a sus detractores, hay que celebrarla.

Las insoladas (Gustavo Taretto, Argentina, 2014) es parte del nuevo cine “migratorio” de Argentina, el cual transita de la tristeza a la alegría. Ahora bien, se trata de la alegría argentina y, en particular, de la que se desarrolla en Buenos Aires.

En esta medida, Las Insoladas es un guion basado en una historia de un cortometraje del director del año 2002, que explora la vida cotidiana de las pobres de Argentina, que en medio de la corrupción de Carlos Menen en la década de 1990, ansiaban poder tomar sol en una playa del inmenso mar cubano. Pero por no ser menemistas, ni militares, ni corruptas, las mujeres se tienen que dedicar a tomar el sol desde la azotea del edificio donde una de ellas vive. A partir de ahí recrean el bienestar desde la pobreza, y el sol, según va pasando el día, es su acompañante que las lleva desde la alegría hasta alucinar. Es un filme muy original, cuyo guion sería fácilmente comprable por las cadenas de producción fílmicas de los países del norte.

El diálogo con el sol es lo más cercano a una interpretación libre de la obra clásica del escritor existencial, de origen argelino-francés, Albert Camus. En su obra El extranjero (1942), donde el argelino víctima-agresor, se pierde ante el sol de la costa playera, donde no puede ver, alucina, y comete el error de asesinar al francés. Hay algo de este referente en la película, pues el sol, según va pasando el día, lleva a las seis amigas a contar desde lo liviano hasta lo absurdo, sin poder afrontar de forma responsable su dura realidad: no tienen el capital, por su condición social de empleadas subordinadas, de ir a Cuba de vacaciones. Pero en su alucinación durante el día de sol, cualquier cosa puede pasar, inclusive pensar que están en Cuba.

Las seis amigas Valeria (Mariana Bellati), Karina (Elisa Carricajo), Lala (Luisana Lopilato), Flor (Carla Pertersen), Vicky (Violeta Urtizberea) y Sol (Maricel Álvarez) hacen papeles desde muy buenos hasta muy regulares. No obstante, la película que se desarrolla toda en dos escenarios, la azotea y un teatro en la última escena de la película, se sostiene por su creatividad.

Es una película de bajo presupuesto o sin presupuesto. Pero donde la creatividad es la que reina. Y sobre todo si a usted le gusta el confesionario y, sobre todo, los traumas existenciales, esta película es la mejor del verano.

Vayan a verla, en alegría. Un vino le ayuda a pasarlo mejor durante la película.