War against all Puerto Ricans de Nelson A. Denis: del recuerdo, el dolor y la creatividad del autor

Crítica literaria
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altPor muchos años fui abogado de exponentes del género de reggaetón en Puerto Rico. Allí descubrí muchas cosas. Una  de ellas, que en la música asociada al bajo mundo en Puerto Rico, los héroes son los que se enfrentan al gobierno de Washington, con dignidad y nunca permitiendo que los humillen.

Para estos músicos, el personaje de una película, Tony Montana en Scarface (Dir. Brian Di Palma, EE.UU., 1983) es un héroe. Curiosamente, Aníbal Acevedo Vilá, el exgobernador de Puerto Rico que fue enjuiciado por los federales por actos de corrupción, y salió absuelto de todos los cargos en el año 2009, es un héroe.  Filiberto Ojeda Ríos, el líder independentista puertorriqueño asesinado por el FBI en el año 2005, y quien saliera absuelto de todos los cargos en su contra en el 1990, es un héroe.


Pero, ¿por qué Pedro Albizu Campos no es un héroe para estos jóvenes?  En particular, un Albizu Campos que desde el año 1934 desafió la autoridad del gobierno federal y el capital transnacional presente en la isla, ¿Por qué no lo ven como un héroe? ¿Por qué no hay una sola canción de dicho género, o inclusive dentro del género nacional de la salsa, que invoque la lucha armada la cual por casi tres décadas impulsó el Partido Nacionalista bajo la dirección de Albizu Campos?   En otras palabras, lo más dramático de la contribución nacional que hiciera en su momento el Partido Nacionalista Puertorriqueño y la figura de Pedro Albizu Campos, ha sido olvidada.

Ante este cuadro, emerge el libro de Nelson A. Denis, War against all Puerto Ricans (Nation Books, EE.UU., 2015). Hace unos días participé en la cuarta presentación, a mi conocimiento, que se llevaba a cabo en Puerto Rico.   Dicha presentación se llevaba a cabo, por primera vez en el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, pese al hecho de que desde abril, el libro ha tenido una presencia monumental en la isla.  En particular para un autor poco conocido en los círculos dominantes del país y muy conocido en grupos afines. Lo más que me impresionó fue el lleno total de las facilidades del Colegio de Abogados y Abogadas.  Para una cuarta presentación, fue impresionante.  Para un libro que narra  una historia tan problemática, que yace en el olvido nacional, es curioso que todos los medios de comunicación corporativos, que todos los programas de entrevistas, y que todo el mundo del jet set literario, intelectual e independentista en la isla, se ha querido asociar con el libro y con el autor Denis.

Cuándo asistí a la presentación, no había leído el libro.  Eso fue el 23 de julio. Para el 30 de julio lo había terminado, lo había consultado y sobre todo había compartido con varias amistades a las cuales les pedí corroborar algunos datos.  Tenía esta pequeña confusión entre el recuerdo de lo vivido, el dolor por lo sufrido, y un grado de cuestionamiento o ambivalencia a la forma en que el autor, Nelson A. Denis, nos contaba el pasado. ¿Será cierto todo lo que él dice?

Examinar el texto War against all Puerto Ricans, es, en plena colonia y en el año 2015, un interesante acto de seducción. Digo así, pues el libro entra en un escenario social marcando distintas variables, las cuales son difíciles de negar, o menospreciar.

En este punto, en lo que sería la sociología literaria de este texto, el libro supo nacer en el momento adecuado en Puerto Rico. Publicado en el día de la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Don Pedro Albizu Campos, el 21 de abril de 2015, el libro abrió tocando el corazón de un grupo social en vías de extinción en Puerto Rico, o transformación, como lo son los nacionalistas.  Pero publicar en ese día, era sin lugar a dudas un acto intencionado del autor y la casa editorial, para influenciar positivamente el debate.

Por otro lado, el libro versa sobre la represión del gobierno de los EE.UU., y del Partido Popular Democrático en Puerto Rico, contra el nacionalismo, el independentismo y el comunismo.  En esta medida, el libro está muy bien pensado para ganarse el apoyo de estos sectores sociales, los cuales aún tienen su apoyo real y evidente en la isla, pero sobre todo son hacedores de la opinión pública en el país post-Partido Socialista Puertorriqueño (1971-1982). Los liberales de Puerto Rico, muchos y muchas transitan por las sendas de los múltiples independentismos, a quienes este libro les puede ser atractivo.

Por último, el libro le es atractivo a aquellos en el poder. Para la administración de Washington, como para aquellos que controlan o han controlado el aparato gubernamental de Puerto Rico, este libro es un acierto. ¿Por qué?  Por un dato fáctico: si año tras año, y en su mejor momento en el 1952, el independentismo por vía del Partido Independentista Puertorriqueño, solo alcanzó un 20  por ciento del electorado, y luego de múltiples variables de lucha armada, la independencia no se ha conseguido, pues el libro da fe de lo marginal del discurso pro-independencia de la isla.  Es esto lo contradictorio del debate que promueve el libro.

Sin lugar a dudas, de forma verídica a veces y en otras ficcionalizado por el autor, la represión del gobierno de los EE.UU. contra aquellos que atentaran contra su dominación, sean independentistas, nacionalistas, comunistas o liberales de izquierda, ha sido terrible.  Ahora bien, terrible han sido otras experiencias como la marginación y el bloqueo contra Cuba, como la experiencia del canal de Panamá, como Somoza en Nicaragua, como el apartheid en África del Sur. Lo interesante de dichos países es que todos alcanzaron su meta de vivir más allá de la opresión. Y el discurso hegemónico en Puerto Rico ha sido vivir con el opresor.

El libro, apelando a los sectores antes mencionados, es un homenaje a la nostalgia, pero también es un llamado de atención a los sectores independentistas, nacionalistas y de izquierdas.  Asumiendo una postura desde la las izquierdas amplias, el libro nos recuerda, que Puerto Rico ha tenido una historia de lucha, ni mejor ni peor que la del pueblo Haitiano en el 1804; ni mejor ni peor, que la del pueblo de la República Dominicana en el 1965;  ni mejor ni peor que la del pueblo cubano en 1961.  Puerto Rico ha tenido la historia, a veces trágica, a veces superflua, que todo pueblo que ha luchado por su libertad ha impulsado.

Trabajado en tres partes, tituladas los hechos, la gente y los eventos, el libro recuenta la intervención histórica que hiciera el Partido Nacionalista de Puerto Rico a partir del 1930 cuando Pedro Albizu Campos asume su dirigencia.  En esta medida, la primera parte, narrada en nueve capítulos que dan una explicación histórica, es por decir lo mínimo, simple, aunque aceptable para la línea autoral que Denis desea impulsar.  Por otro lado la segunda parte, las personas, explicada en siete capítulos que describen algunos personajes históricos que influenciaron los procesos, es una que por momentos se hizo innecesaria para entender el libro.  No obstante, esto es una decisión del autor.

La tercera parte, los eventos, explicada en siete capítulos, es sin lugar a dudas el corazón del libro.  Usted puede prescindir del resto del libro y sólo concentrarse a leer esta parte. En esta, en un estilo narrativo que confunde la narrativa histórica con la narrativa literaria, a veces tomando extensas licencias autorales que rayan en datos históricos incorrectos o tergiversados, el libro logra cautivarlo a uno como lector.  Esto se da, como nos recuerda Quentin Tarantino al explicar su película Inglorious Basterds (Dir. Q. Tarantino, EE.UU., 2009), que en dicha película él nos contó la historia no como fue sino como la queríamos escuchar. Algo de esto se da en esta tercera parte del libro de Denis. Es la historia como pasó, pero también como él nos la quiso contar, y sobre todo como nosotros la queremos escuchar.

El capítulo 19, Salón Boricua, rinde un homenaje a un hombre humilde llamado Vidal Santiago Díaz y apodado el Barbero de Albizu.  Los hechos contados en el capítulo, en parte coinciden con los que otros historiadores han explicado, o con la narración radial que existe en las redes sociales sobre el evento. Lo cierto es que este acto no es menos memorable que el momento final de la vida de Salvador Allende, o que el Juicio de Rivonia en el 1963, contra Nelson Mandela y otros, o la muerte de Bobby Sands en el 1981 en Irlanda del Norte.

Dicho lo anterior, la historia de la revolución nacionalista, y no revuelta,  narrada en varios capítulos de esta tercera parte, merece ser discutida en la actualidad.  Sobre todo, para transformar el recuerdo, sanar el dolor y más que nada fijar los datos históricos de forma concreta y no ficcionalizada.

Decía Nelson A. Denis en la presentación de su libro en el Colegio de Abogados y Abogadas que él deseaba influenciar con el mismo, por eso en parte la razón que la primera edición sea en inglés, a los hacedores de la política pública en los EE.UU., para que concedan la independencia de Puerto Rico. Cierto o falso en dicha lógica, el libro es parte de otra tradición que le antecede, y sobre todo desde la mirada de represión, que no fueron exitosos en el objetivo de Denis. Estos son: Raymond Carr (1984) Puerto Rico: a colonial experiment; Anne Nelson (1986) Murder under two flags: the U.S., Puerto Rico and the Cerro Maravilla Cover-up; Ronald Fernández (1987) Los Macheteros: The Wells Fargo robbery and the violent struggle for the independence of Puerto Rico. Pese a que han habido otros libros, dentro del mercado anglosajón, originando en inglés, el libro de Denis sigue la tradición iniciada por estos libros hace ya 30 años. Lo interesante es que entre los libros de la década de 1980 y la intervención de Denis en el año 2015, notamos que hubo mucho silencio.

Puedo discrepar con la forma en que Denis nos recuerda la historia. No obstante, como Tarantino, lo justifico pues es válido que los pueblos tengamos la historia que deseemos tener, pese  a que no represente la historia realmente vivida. Ahora bien, este libro por lo menos en mi lo que abre es una serie de interrogantes que la historia, los historiadores, pero sobre todo los vivos debemos de pensar y reflexionar.  Por ejemplo, ¿Dónde estaba el Partido Independentista Puertorriqueño en la década de 1950 frente al Partido Nacionalista?  ¿Dónde estaban los fundadores del Movimiento Pro Independencia de 1959, frente a la encarcelación de sobre 3000 personas luego de las revueltas de principios del 1950?

Pero hay una pregunta que me ronda la cabeza, sobre todo luego de haber vivido personalmente las transiciones políticas de Africa del Sur (1991-1996) y la de Irlanda del Norte (1995 a 2000).  ¿Qué pasó con los nacionalistas, por qué desaparecieron?  ¿Por qué Vidal Santiago Díaz, luego de cumplir cárcel y ser indultado, se dedicó toda su vida a ser un diácono en una iglesia cristiana protestante?

Estas y otras preguntas que hoy no quiero compartir, son las que este libro me provoca.  Podemos discrepar, Nelson A. Denis, pero tu provocación es bien recibida. Adelante.