Es necesaria la ofensiva del pueblo trabajador

Historia

Nos encontramos ante una grave coyuntura histórica en Puerto Rico. Ante el hecho de que no se puede pagar la agobiante deuda pública de $73,000 millones, el gobierno se apresta a aprobar un plan de ajuste fiscal y económico de cinco años dirigido a dos objetivos principales: (1) convencer a los bonistas que se debe reestructurar la deuda y (2) obtener nuevos préstamos de dichos bonistas. Para lograr estos dos objetivos el gobierno parte del análisis y recomendaciones del Informe Kruger, preparado por un equipo de ex-economistas del Fondo Monetario Internacional. El gobernador nombró un “Grupo de Trabajo para la Recuperación Fiscal y Económica” quien a su vez ha contratado a la empresa V2A Strategic Management, la misma que asesoró al exgobernador Luis Fortuño para elaborar la notoria Ley 7, para que le provea servicios “técnicos y de consultoría”.

El informe del comité, con los correspondientes proyectos de ley, deben estar finalizados en o antes del 30 de agosto, para luego proceder a la acción legislativa. Según el Secretario de la Gobernación Víctor Suárez, el grupo ha identificado “132 iniciativas” incluidas en “14 estrategias principales”. En el área de “crecimiento económico y reformas estructurales” el grupo de trabajo se ha propuesto “cómo mejorar la facilidad de hacer negocios en la Isla y lograr reformas laborales para incentivar la creación de más empleos.”

Ya la ofensiva patronal está anunciada. En o antes del 30 de agosto se anunciarán públicamente las medidas para acabar de desmantelar la legislación laboral en Puerto Rico para beneficio de los patronos e inversionistas. ¿Y que hacemos las organizaciones del pueblo trabajador? En términos generales esperamos al anuncio para luego reaccionar a las propuestas. En otras palabras, ante la ofensiva patronal el pueblo trabajador se encuentra en una postura defensiva. ¿Podrá triunfar el pueblo trabajador si se limita a asumir posturas defensivas? Definitivamente NO.

Sin lugar a dudas, resulta imprescindible defender las pocas protecciones que ofrece la legislación laboral existente. Sin embargo, esto no basta. Como bien podría indicarnos cualquier aficionado al baloncesto o al béisbol, una buena defensiva es importante pero insuficiente para ganar un partido. Resulta imprescindible la capacidad ofensiva para ganar. Y es esta capacidad ofensiva la que debemos desarrollar las organizaciones del pueblo trabajador en esta coyuntura.

Cabe señalar que esta capacidad de ofensiva serviría para muy poco si no comprendemos que los intereses económicos, ideológicos y políticos de la clase obrera son fundamentalmente contrarios y antagónicos a los intereses de los patronos. Los patronos quieren aumentar sus ganancias y reducir sus costos. Por eso quieren que los trabajadores cobremos menos y tengamos menos derechos laborales. Los trabajadores, del otro lado, queremos mejorar nuestra situación económica, nuestra seguridad de empleo y nuestra calidad de vida, lo que sin dudas entra en contradicción antagónica con los intereses patronales.

¿Cómo se desarrolla la ofensiva patronal?

Cuando analizamos el montaje sobre el cual se fundamenta la anunciada “reforma laboral”, veremos que la misma se manifiesta tanto a nivel económico, ideológico como político. En primer lugar los patronos establecen como objetivo económico maximizar sus ganancias sobre la base de reducir drásticamente el costo de la fuerza de trabajo. Para enmascarar ideológicamente sus pretensiones, desarrollan toda una retórica sobre la necesidad de aumentar la “productividad” y la “competitividad” para “desarrollar la economía” y “crear empleos”. Una vez los patronos entienden que han impuesto su visión sobre estos asuntos al resto de la sociedad, entonces se mueven en el plano de las enmiendas a las leyes y reglamentos laborales (aspecto político). Por esta razón, si queremos desarrollar una ofensiva obrera efectiva, tenemos que desplegar nuestra ofensiva en los tres niveles de lucha.

En el plano económico, tenemos que estar concientes que el movimiento obrero tiene la responsabilidad de defender, no sólo los intereses económicos de los trabajadores organizados en sindicatos sino también los intereses económicos de todos los trabajadores. Si cada sindicato se limita a defender sus propios intereses gremiales, pronto se encontrará aislado del resto del pueblo trabajador. De otro lado nadie se debe llamar a engaño: las medidas que se le impongan hoy a los trabajadores no-organizados serán las propuestas patronales que enfrentarán los sindicatos en la próxima negociación colectiva.

En el plano ideológico, tenemos que desenmascarar la retórica de la “productividad” que no es otra cosa que un eufemismo patronal para decir explotación. Tenemos que denunciar las medidas patronales dirigidas a que nuestro país le pueda ofrecer al capital internacional una mano de obra más barata, menos organizada y con menos derechos. Finalmente tenemos que combatir el argumento de que la solución a la crisis fiscal o al desarrollo económico se va a lograr eliminando los derechos de los trabajadores.

En el plano político, tenemos que estar en condiciones de ofrecer verdaderas alternativas políticas, así como proyectos de ley, partiendo de las necesidades de las grandes mayorías del país y no de las ganancias de un puñado de inversionistas. Para esto se hace necesaria la elaboración de un programa de acción política del movimiento obrero que recoja las aspiraciones y reivindicaciones del pueblo trabajador, que somos la mayoría del país.

¿Cómo desarrollar la ofensiva del pueblo trabajador?

En estos momentos el pueblo trabajador tiene una ventaja táctica que debe saber utilizar. El gobierno y los patronos todavía están en el proceso de redactar los proyectos de ley para imponer una “reforma laboral” que supuestamente habrá de lograr el desarrollo económico. En ese sentido hay una pequeña ventana de oportunidad, que se habrá de cerrar el día que se anuncien las propuestas (y radiquen los proyectos) del “Grupo de Trabajo para la Recuperación Fiscal y Económica”, o sea hasta el 30 de agosto o antes. A partir de esa fecha el gobierno tomará la ofensiva mediática y todo el debate público se centrará en torno a las propuestas patronales que pretende aprobar.

Por tal razón, las organizaciones del pueblo trabajador debemos aprovechar esta coyuntura para proponer y debatir públicamente nuestras alternativas para resolver la crisis fiscal y lograr el desarrollo económico. Asumir con fuerza la ofensiva mediática para que lo que se discuta públicamente, sea a favor o en contra, sean las propuestas del pueblo trabajador. Que estas propuestas sean las que se discutan en todo lugar, sea la radio, la televisión, la prensa, las redes sociales y donde quiera se reúnan dos o más trabajadores. De esa manera tomaremos la ofensiva ideológica en torno a las propuestas para enfrentar la crisis. Cuando finalmente el gobierno presente sus propuestas, se encontrarán en una posición defensiva pues tendrán que enfrentar un público que ya conoce y ha debatido las propuestas del pueblo trabajador.

En la elaboración y divulgación de estas propuestas deben participar TODAS las organizaciones del pueblo trabajador, tanto el PPT, Todos Somos Pueblo, las centrales sindicales, los sindicatos independientes, las cooperativas, las organizaciones comunales, las organizaciones profesionales, las mujeres, los estudiantes, los jubilados y toda la gama de sectores y organizaciones que representan los intereses del pueblo trabajador.

Finalmente para desarrollar esta ofensiva debemos partir de un hecho inescapable: la crisis fiscal del gobierno no es culpa del pueblo trabajador. Ni un solo empleado público acudió a Wall Street a tomar millones de dólares prestados. Ni un solo trabajador del sector público o privado ha malgastado el presupuesto del país. Y si existe crisis fiscal en Puerto Rico la misma es producto del propio gobierno, sea del PPD o del PNP, el cual ha seguido fielmente los dictámenes de la empresa privada a cambio de recibir fondos para sus campañas. En ese sentido todo lo malo que vivimos hoy no es culpa del pueblo trabajador. Por eso no debemos pagar la crisis. La crisis la deben pagar los que la crearon y los que se han beneficiado de ella.

Algunas propuestas que podemos promover

Pasemos a bosquejar rápidamente algunas ideas para el desarrollo de esta ofensiva urgente del pueblo trabajador:

1. Acabar con el mantengo corporativo

En Puerto Rico la empresa privada se pasa cacareando que “el gobierno es muy grande e ineficiente”. Esa es nada más y nada menos que una posición ideológica en defensa de la empresa privada. Lo cierto es que en Puerto Rico lo que existe es una empresa privada que, en buena parte, vive del erario público. Aquí podemos hablar desde los bufetes patronales de la Milla de Oro, las empresas de construcción, los grandes arrendadores de locales y otros tantos que viven de los contratos con el gobierno. De otro lado están las empresas hoteleras que viven a costa de multimillonarias inversiones y garantías que le provee el gobierno. También están el sinnúmero de empresas que viven de los incentivos, subsidios y exenciones contributivas mientras prometen que van a crear empleos y no lo hacen. Finalmente están las centenares de empresas que viven de la subcontratación de las funciones del gobierno.

Es hora de decir ¡Basta Ya! ¡Basta ya de estar subsidiando a la empresa privada con fondos públicos! Los fondos públicos son para fines públicos y no para engordar las cuentas de banco de un corillo de inversionistas.

Se deben evaluar todas las leyes de exención contributiva, así como los decretos de exención contributiva para verificar si efectivamente la empresa privada ha creado los empleos que prometió cuando se aprobaron. De no haberse creado estos empleos se deben imponer severas sanciones a aquellas empresas que se hayan beneficiado de este fraude.

De igual manera se debe evaluar toda la legislación aprobada bajo el argumento de que su aprobación conllevaría la creación de más empleos. Por ejemplo, se aprobó legislación para eliminar la paga doble los domingos en el sector comercial, bajo el argumento patronal de que se crearían más de 50,000 empleos. ¿Dónde están esos empleos? Lo cierto es que los empleos no se crearon y la rebaja salarial de los trabajadores sólo sirvió para enriquecer aún más a los patronos. Pues si esto es así la solución es clara: volver a legislar la paga doble los domingos.

2. Reconocer el derecho al trabajo como un derecho humano fundamental.

El trabajo es, no sólo la fuente de toda riqueza, sino es también la fuente de ingresos para la mayoría de la población en Puerto Rico. Sin embargo, el derecho al trabajo no está garantizado en el ordenamiento jurídico actual, a diferencia del derecho de los propietarios y los bonistas que sí están protegidos en la Constitución. Por esta razón se producen situaciones de evidente injusticia tales como los despidos injustificados, la sustitución de trabajadores que ejercen su derecho constitucional a la huelga, entre otras. Para enfrentar esta situación se podría proponer:

1. La aprobación de una ley que reconozca el trabajo como un derecho humano fundamental. Posteriormente se podría enmendar la Constitución para incluir esta garantía.

2. Enmendar la Ley de Despido para establecer el derecho a reposición en el empleo en caso de despido injustificado, así como el pago de los salarios dejados de percibir.

3. La aprobación de una ley que prohíba y penalice la contratación de rompehuelgas durante conflictos huelgarios.

4. El establecimiento de una ley que prohíba la subcontratación de tareas en las agencias de gobierno mientras exista personal disponible para realizar las tareas requeridas.

3. Reducir la jornada de trabajo sin reducción de salario

Los dramáticos adelantos en la ciencia y tecnología han aumentado la productividad del trabajo de manera impresionante. Hoy día, un trabajador puede hacer en una hora lo que le hubiese tomado tres, cuatro y hasta diez veces más hace 70 años. Sin embargo, desde 1948 la jornada de trabajo en Puerto Rico se ha quedado estancada en 8 horas diarias y 40 horas semanales. Por esta razón, y para resolver el problema del desempleo en Puerto Rico podría proponerse la reducción de la jornada regular de trabajo de 40 a 30 horas semanales, sin reducción de salario. De esta manera se podrían crear más empleos, y mejor remunerados, en todos los sectores de la economía aumentando así la producción y promoviendo el desarrollo económico.

4. Aumento del salario mínimo

El gobierno siempre ha levantado la consigna de “poner dinero en el bolsillo de los trabajadores” cada vez que habla de rebajas contributivas, la cuales siempre resultan ser grandes rebajas para los ricos y pequeñas rebajas para los trabajadores. Pero la forma correcta de poner dinero en el bolsillo de los trabajadores es aumentando el salario que se paga. Por eso sería justo proponer el aumento del salario mínimo de $7.25 a $15.00 la hora para empresas de 15 empleados o más. Y para incentivar a los pequeños patronos que tengan menos de 15 empleados, el aumento podría limitarse inicialmente a $10.00 la hora.

Para aquellos que entiendan que $15.00 la hora puede ser mucho, deben considerar el debate actual entre los candidatos del Partido Demócrata en los EE.UU. Tanto Hillary Clinton como Bernie Sanders están proponiendo el aumento del salario mínimo federal a esa cantidad.

5. Mejorar las condiciones de empleo para los empleados a tiempo parcial

Durante años los patronos se han enriquecido pagándole salarios miserables a los empleados a tiempo parcial, a la vez que se le niegan ciertos derechos básicos como lo son la licencia por vacaciones y la licencia por enfermedad. Una manera de hacerle justicia a este sector (además del aumento al salario mínimo propuesto) es exigir que se le reconozca el derecho a estos empleados a acumular y disfrutar estas licencias.

6. Prohibir el cierre de fuentes de empleo

Hay que crear empleos. Estamos de acuerdo. ¿Pero cómo se puede hablar de crear empleos cuando a diario cierran empresas en Puerto Rico? La solución es sencilla.

Cada empresario que, al día de hoy ha disfrutado de algún beneficio, exención o incentivo del gobierno ha recibido el equivalente de una aportación económica del pueblo trabajador. En ese sentido resulta inmoral (y debiera ser ilegal) el que un empresario cierre una empresa por el sólo hecho de que no le rinde las ganancias que pretendía. Por tal razón, sería razonable exigir que, en caso del cierre de operaciones de alguna empresa (como por ejemplo, un hotel o una fábrica) se reconozca el derecho de los trabajadores a solicitar la entrega de equipo, maquinaria y planta física para ser operada de forma cooperativa. La Liga de Cooperativas podría brindar el asesoramiento a los trabajadores en cuanto a la viabilidad del proyecto y recomendar las formas de apoyo gubernamental que cada caso amerite. ¡Así podremos crear empleos duraderos y bien pagados!

Estas son sólo algunas de las propuestas que se podrían presentar y debatir públicamente durante los próximos días. Todas estas propuestas están dirigidas a crear empleos, mejorar las condiciones de empleo y reactivar la economía sin perjudicar a los sectores más necesitados. De seguro otras organizaciones del pueblo trabajador, cada cual desde su trinchera y su área de especialidad, podrán proponer alternativas adicionales para lograr los mismos objetivos.

7. Retar al gobierne a que celebre un referéndum

Sin lugar a dudas ninguna de las propuestas que vaya a presentar el “Grupo de Trabajo para la Recuperación Fiscal y Económica” se encuentra contenida en el programa del PPD para las elecciones del 2012. Por tanto, cualquier intento de imponer una “reforma laboral” u otras medidas anti-obreras para complacer a los bonistas no ha recibido el apoyo del pueblo. Ante esta realidad debemos exigir al gobierno que cualquier “Plan de Ajuste Fiscal y Económico” que pretenda imponer, para que sea legítimo, se someta primero a un referéndum.

Los retos del momento

Como señalamos al principio, la ventana de acción es limitada: estamos hablando de un período de días. Si podemos levantar y debatir con fuerza las propuestas del pueblo trabajador AHORA estaremos colocando al gobierno y a los portavoces patronales a la defensiva. Se encontrarán en la obligación de debatir y combatir nuestras propuestas, dejando claro así para los más incautos, de que lado se encuentran. De igual manera, cuando el gobierno finalmente publique su “Plan de Ajuste Fiscal y Económico” y presente sus proyectos de ley, resultará más que evidente que los mismos sólo están dirigidos a seguir protegiendo a los más privilegiados mientras que pretenden responsabilizar al pueblo trabajador por el pago de una crisis que no hemos creado. Y este será el primer paso para derrotar las propuestas patronales y la mal llamada “reforma laboral”.

Es la hora de la ofensiva. Para luego es tarde.

Crédito foto: 401(K) 2012, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)