Los nuevos colonialismos: ¿quién habla por nosotros?

Economia Solidaria

Es curioso, pero cada día sale un nuevo comentarista, hombre o mujer, y dispone de cómo nosotros en Puerto Rico debemos superar la crisis. Es muy curioso, pues vemos que nos hemos convertido en el caso de estudio de centros educativos a nivel internacional, de grupos de presión pública, así como de “independientes” que por no tener mucho que hacer, también opinan sobre Puerto Rico. Es decir, necesitamos opiniones, sobre todo de las externas, para poder afrontar la presente crisis económica por la cual atraviesa el Gobierno del País.

Desde el informe de Anne Krueger el pasado 1 de julio al día de hoy, ya vamos por varios informes, a favor y en contra, pero más que nada ha surgido una nueva condición social que es la de “su opinión” sobre Puerto Rico. Esos que dan su opinión hoy, que ya son varios, incluyendo Marcos Rubio y la mismísima Hillary Clinton, todos llegan a conclusiones similares, muchas de ellas resumibles a: hay que reducir el tamaño del Gobierno de Puerto Rico.

El coro que ha surgido, por parte de todos los interlocutores externos en la Isla, y apoyados por los sistemas de información corporativos que operan en el País, es uno que de forma inmediata ve que la Universidad de Puerto Rico es muy costosa; que el sistema de educación pública, de rango constitucional en parte, es muy costoso; y que las instancias de intervención de un Estado aún benefactor son también muy costosas (pensemos en los servicios directos a la población por parte del Departamento de Familia).

Ya hoy varios de estos comentaristas hablan de que la única solución es la privatización masiva de todos los activos del Gobierno, en particular los puertos y los aeropuertos. Eso se suma a su vez, del hecho de que estos comentaristas también señalan como problema que las condiciones laborales en Puerto Rico espantan la inversión extranjera. Es decir, vivimos en un estado de derecho que favorece un trato más justo a los que son empleados u obreros, que al capital.

En fin, que nadie de los que comentan hoy, que ya son varios, alegan o defienden una cultura de país que: ha defendido la educación pública, escolar y universitaria como parte de un activo necesario para hacer país; protegen el estado de derecho laboral existente; y más aún, niegan la inversión pública en los bienes de acceso social (transporte, servicios directos a la población, etcétera). En otras palabras, todos los que siguen comentando son neoliberales en su sentido más clásico.

Es una pena que no tengamos voces críticas o interventoras que defiendan otra forma de vida. Es una pena.

Crédito foto: Ricymar Photography (Than…, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)