La reunión de la diáspora boricua en Florida: ¿No todos somos mendigos?

Economia Solidaria

La reunión de la diáspora boricua en el estado de Florida culminó ayer. Ahora bien, ¿alguien sabe de los aciertos, los éxitos y los proyectos que la misma alcanzó? ¿Alguien conoce la declaración de principios, la cual nunca se llegó a emitir?

El proyecto de la nación boricua transita por complejas aguas en este momento. Por un lado, el interés del capital y de algunos sectores que representan a la gran comunidad boricua (ascendientes y descendientes) que viven en EE. UU., puede motivarnos a pensar que existe algo así como una gran familia puertorriqueña que de forma autómata actúa como un bloque nacional (tal vez fascista), actúa y determina causas comunes y respuestas comunes. Esta fue la idea que el congresista boricua Luis Gutiérrez ha estado vendiendo en los últimos meses para “organizar a los electores boricuas residentes en Florida”. Sin lugar a dudas, es organizarlos para votar en bloque boricua, a favor del Partido Demócrata y en contra del Partido Republicano.

Lo cierto es que más allá de conquistar el voto boricua en el estado de Florida, el otro interés secundario era cabildear como una sola voz a favor de un rescate financiero por parte de Washington a Puerto Rico. También conseguir la paridad de fondos en salud a favor de la ciudadanía boricua residente en la Isla. Es decir que reciban los mismos beneficios de Medicare y Medicaid si viven en Puerto Rico como si viviesen en cualesquiera de los estados de EE. UU.

Es un proyecto curioso: se trata de un proyecto que nos sigue incorporando a EE. UU. Como diría el fenecido líder político Juan Mari Brás, es de facto hacernos un estado. No solo ahora queremos superar la diferencia colonial de no votar por el presidente, por lo cual deseamos influenciar las elecciones nacionales en EE. UU. También queremos que nos traten como otro estado, para así poder seguir viviendo de los fondos federales, por lo pronto en materia de salud.

La reunión de la diáspora de ayer, desde la lógica de una economía soberana y por un Puerto Rico libre, es un acto indigno. Es decir, la reunión de ayer y la complacencia con la cual muchos sectores liberales, de izquierdas e independentistas miraron a dicha confraternización, nos hace pensar que el colonialismo de Washington ha triunfado en todo su proyecto: la incorporación final de Puerto Rico a EE. UU.

Podemos estipular que los muchos Puerto Rico, las muchas naciones boricuas, tienen puntos en común. Sin lugar a dudas, la excarcelación de Oscar López Rivera y la eliminación de las leyes de cabotaje. Pero el resto, no es un asunto común. El día de ayer trata del proyecto de la diáspora que ayer reclamó hablar por los boricuas, de un proyecto de anexión política y económica de Puerto Rico a EE. UU. Esa no es toda la diáspora, ni tampoco toda la nación boricua piensa así.

Los que creemos en otro Puerto Rico, digno, libre e independiente, no podemos participar del proyecto de mendigarle a EE. UU. Realmente hablando, el día que seamos libres, se acabaron los fondos federales. Así mismo es. Ese día, el de la independencia, se terminarán los fondos federales.

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