Puerto Rico y la colonia que fracasó y el proyecto de independencia inexistente

Economia Solidaria

En la mañana de hoy, el Gobierno de Puerto Rico compareció ante una vista congresional en el Comité de Asuntos del Interior, del Senado de Puerto Rico, para dar fe de la profunda crisis económica que vive la Isla. No se trata de cualquier vista senatorial. Se trata de la segunda que se hace en un espacio de 30 días, y es la primera en la que participa el gobernador electo de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, y un delegado del secretario del Tesoro federal, Jacob Lew.

El colonialismo norteamericano que se impuso en Puerto Rico desde el 1898 desarrolló un modelo de dominación colonial que subordinó la economía local a los intereses de las distintas expresiones del capital multinacional de EE. UU. En esta medida, desde la economía agrícola del monocultivo de las primeras tres décadas del colonialismo de EE. UU. hasta la reestructuración de la década de 1940 y el capitalismo basado en la manufactura intensiva en mano de obra laboral, hasta las farmacéuticas de los pasados 40 años, Puerto Rico produce para las necesidades del capital ausentista y no para las necesidades del País.

Por segunda vez en la historia de dominación de Washington sobre Puerto Rico se impone un plan de rescate federal para la Isla. El primero fue en la década de 1930, ante la crisis económica y la presión política del Partido Nacionalista, el Gobierno de Washington impuso un plan de rescate federal, que incluyo a la PRERA, la PRRA y el llamado Plan Chardón. Lo interesante es que 80 años después es el dato de que el Gobierno de EE. UU. imponga un nuevo plan de reconstrucción nacional, basado en las viejas premisas de la década de 1930, cuando aún no se había desarrollado el modelo político del Estado Libre Asociado de 1952. Ochenta años después el modelo económico de desarrollo colapsó y, por ende, el modelo político existente no es capaz de producir una respuesta autosostenible para el País. En esta medida lo que colapsa es tanto el modelo económico, el modelo de dominación colonial y el modelo político que ha sostenido la colonia en los pasados 63 años.

Hoy, nuestra generación presente vive el colapso de todos los niveles en los que el discurso de modernidad de EE. UU. colapsa. Es terrible, pues ante esta situación lo que no tenemos son opciones no-coloniales para salir de la crisis. El independentismo en general ha criticado el modelo colonial y su colapso, pero no ha sabido presentar un programa alterno de desarrollo económico fuera de EE. UU. Ante esto, la única opción que surge es la del Partido Popular Democrático, que una vez más en la historia del País, emerge como la clase dirigente que resuelve los problemas críticos de su propio modelo político-económico.

El independentismo hoy, ante los eventos, no tiene la capacidad de producir respuestas. Es lamentable lo que vivimos, pero la conversación que tiene a todo el mundo feliz hoy es que finalmente el poder colonial nos habrá de dar un plan de rescate nacional. Lo terrible es que dicha acción nos mantiene en la relación colonial como mínimo uno o dos siglos adicionales.

Crédito foto: Nicolas Raymond, www.flickr.com, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/)