Puerto Rico la Grecia del Caribe, ¿Grecia, el Puerto Rico del mediterráneo?

Economia Solidaria

En estos días es común que los medios se refieran a Puerto Rico como “la Grecia del Caribe” a causa de la “crisis” de la deuda. Pero Grecia también podría llamarse “el Puerto Rico del mediterráneo.”

El estado griego moderno nació a principios del siglo 19, cuando los imperios europeos impusieron un protectorado a ese territorio recién liberado del imperio otomano. Se creó entonces un conflicto entre la oligarquía griega – aliada con los grandes poderes de Europa – y el pueblo griego, que era menospreciado como mestizado, corrupto y vago, con una cultura más medio-oriental que europea y por ende indigno de la herencia de la Grecia clásica. La combatividad y el orgullo nacional de la clase trabajadora y el campesinado chocaron con el deseo de la burguesía no sólo de mantenerse en el control, sino de ser aceptados como “europeos de verdad.”

Ese conflicto de clases y identidades podría explicar en parte la contradicción actual entre la demanda del electorado por una salida del “memorando” (el pago de la deuda total mediante la imposición de las políticas de austeridad y un rescate a la banca), y el deseo de permanecerse en la eurozona (“Nos mantenemos en Europa”) a pesar de que al ingresar Grecia cedió gran parte de su soberanía. Dondequiera que se vea la bandera de Grecia se encuentra también la “pecosita” de la Unión Europea. Incluso se oye el refrán “¿dónde estaríamos sin ella?” al igual como dicen los estadistas en Puerto Rico.

Tuve la oportunidad de pasar el mes de septiembre y parte de octubre de 2015 en Grecia. Fui invitada para conocer la situación en Grecia desde la perspectiva de varios movimientos cooperativistas y del periodismo alternativo, y también para que ellos pudieran aprender algo de Puerto Rico.

Llegué justo antes de que se celebrara la tercera jornada electoral nacional en menos de ocho meses. Recordemos que el partido Syriza – “Coalición de la Izquierda Radical” – recibió 35% del voto a fines de enero y formó una coalición con un pequeño partido “anti-memorando” de la derecha. Ese gobierno no cumplió ni una sola promesa de su campaña, y fracasó en su intento de negociar un acuerdo “más suave” con “la Troika” (La Unión Europea, El Banco Central Europeo y el FMI) para que las políticas de austeridad requeridas como parte del “rescate financiero” dejaran de provocar la destrucción económica y social del país. Los medios cubrieron ampliamente el referendo de julio, cuando 62% del electorado votó “OXI” (no) al propuesto tercer memorando. Muchas personas que habían celebrado esa victoria anti-memorando se quedaron desilusionadas, cuando a pocos días del referendo el gobierno firmó un acuerdo aún más oneroso que el que fue rechazado. Pero, como una minoría nutrida de su propio partido no apoyaba las leyes impulsadas como parte del acuerdo, el Primer Ministro Alexis Tsipras convocó otras elecciones para el 20 de septiembre, y botó a los disidentes de su propio partido.

Vi el disgusto que muchos sintieron – sobre todos los jóvenes que vieron a su primer voto en el referendo echado al zafacón. Así que no me sorprendió cuando las elecciones sufrieron una de las tasas más altas de abstención en la historia griega – 45% – y los partidos izquierdistas anti-memorando no obtuvieron suficientes votos para entrar en el parlamento. El gobierno actual se compone otra vez de Syriza (sin “radicales”) y su socio derechista. Por su parte, las distintas corrientes de la izquierda mostraron poca capacidad para unir fuerzas, aún a sabiendas que eso hubiese permitido tener una voz anti-memorando en el parlamento. ¿Por qué no lograron la unidad? Aparte de las dinámicas personales de que sufren la izquierda en general, otro obstáculo grande fue el tema de la salida de la eurozona y la Unión Europea (UE), y la recuperación de la soberanía nacional griega. En Grecia ese tema es catalogado como “nacionalista” que a su vez se define como fascista. Los grupos que quieren salir de la eurozona son marginados del resto de la izquierda (“no son izquierdistas” fue un refrán constante). Ni si quiera los medios “alternativos” quieren darle voz a esos grupos.

Aunque Grecia todavía se puede considerar como un país del “primer mundo” en términos de la infraestructura y orientación, ya se nota el deterioro constante de la clase media, de la infraestructura social y el desmantelamiento de gran parte de la economía. Al perder su empleo muchas familias se han vistos obligados a dejar sus residencies y mudarse con los viejos, que a su vez están viendo constantes recortes de las pensiones mientras más gente dependen de ellas. No se puede sacar más de 200 euros por semana de una cuenta bancaria griega, al mismo tiempo que muchos negocios no pueden sufragar los costos de mantener el uso de las tarjetas de crédito.

El gobierno sigue subiendo las tasas y eliminando las exenciones del IVA, aunque según la Troika hay que subirlo aún más. A las leyes ya aprobadas que suben los impuestos y eliminan el apoyo a los servicios como la salud y educación pública, se vislumbra la venta de la mayor parte de la infraestructura nacional y la imposición del desahucio forzado de la primera vivienda para la gente que no pueden pagar su hipoteca a tiempo. En los supermercados se nota la proliferación de productos importados, mientras la UE paga a los agricultores griegos por no sembrar y el gobierno planifica aún más impuestos a la agricultura local. Si a todo eso se le añade la ola masiva de refugiados llegando a Grecia desde Siria, Afganistán y otros países – y sin nada de ayuda por parte de sus “socios” de la UE – se prevé el posible colapso de importantes servicios y infraestructura.

Pero también fui testigo a la solidaridad, humanidad y espíritu de cooperativa por parte de muchos griegos. Visité varias cooperativas donde la gente del barrio – muchos de ellos que perdieron por fueron reducidos sus empleos – organizándose para buscar donativos, cocinar y ofrecer comida varias veces a la semana a cualquiera persona que la necesite.

Otros organizan tutorías para los niños o hacen mercados de trueques. Algunos grupos ocuparon edificios abandonados y los arreglaron para la gente sin casa – y ahora, para los refugiados que necesitan servicios básicos en lo que se esperan para los documentos requeridos para seguir sus viajes (la mayoría no quiere permanecer en Grecia porque no hay empleo). En las plazas donde muchos refugiados se quedan sin servicios vi muchos griegos pensionados – que a lo mejor son el único sustento para sus propias familias – entrar en las panaderías para comprar pan, y repartirlo entre los refugiados. A los griegos no se han olvidado de que eran refugiados durante el Gran Catástrofe de los 1920, cuando millones fueron expulsados de Anatolia. Y tengo que mencionar que vi gente de todas las edades, tanto en las protestas (ahora con números reducidos) como en la práctica de solidaridad en los barrios.

También note que había mucho interés por parte de los griegos en conocer a Puerto Rico. Cada persona con quien hablé – hasta los empleados en los negocios y los que no son “activistas” – habían escuchado de Puerto Rico, mayormente a causa del chiste que le hizo el ministro de finanzas alemán Schauble al secretario del Tesoro estadounidense Lew, de que se podría canjear a Puerto Rico por Grecia. Fuí entrevistada por el periódico seminal Dromos tis Aristeris (El Camino de la Izquierda), la cual fue publicada en griego en dos partes. Además el programa radial “Diálogos Media Radio” transmitió nuestra entrevista en su red mundial de emisoras (en inglés y también en griego), y logró que ambas versiones fueran publicadas en Truthout.org y freepen.gr. Finalmente, se realizó una charla donde casi un centenar de personas (mayormente jóvenes) de distintos grupos asistieron.

Fueron muchas las preguntas sobre la historia de Puerto Rico, las distintas manifestaciones económicas y sociales de nuestro estatus político (incluyendo la ley de cabotaje), la historia de lucha y represión de los movimientos independentistas y de la izquierda y el contexto latinoamericano y de las comunidades latinas estadounidenses, entre otros temas. Oí muchos comentarios que se sintieron chocados por nuestra historia, y aborchonados por no haberse enterados antes de mi visita. Sobre todo hubo mucho interés en abrir un camino de solidaridad, educación y intercambio entre ambos pueblos. (Y como los amantes de café que son, se quedaron encantados con las muestras de nuestro café que regale…)

En fin, encontré un pueblo sufrido, dividido, pero muy humano y solidario, luchando por un mejor país y deseoso de estrechar lazos de solidaridad con sus hermanas y hermanos aquí en la “Grecia del caribe.” Espero que mi visita fue solo un comienzo.

Crédito foto izquierda: Mistman123, Wikimedia Commons, bajo licencia de Creative Commons (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/deed.en)

Crédito foto derecha: GregMontani, www.pixabay.com, bajo licencia de dominio público