(San Juan, 4:00 p.m.) Esperando el desenlace de los proceso en el Congreso de los EE.UU., vemos como el debate se ha centrado, entre otras cosas, a un consenso para establecer una Junta de Control Fiscal. De realizarse esa movida, que es avalada tanto por el Partido Demócrata como por el Partido Republicano, Puerto Rico para ciertos aspectos retornaría al período colonial inicial de 1898. En otras palabras, el control del poder legislativo, el Congreso, o el poder ejecutivo, el Presidente, sería directo.
Es curioso que en este proceso sean tanto el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García, y el comisionado residente, Pedro Pierluisi, los dos políticos que se han destacado más en la lucha por alcanzar una solución que sea digna al estado de situación actual de Puerto Rico. Ambos han marcado una presencia política muy curiosa, desde un sentido común de lucha, el bienestar de Puerto Rico.
Por otro lado, es curioso pero han sido estos dos políticos de trayectoria ideológica distinta, los que han planteado también rechazo a la Junta de Control Fiscal federal. Esto ha sido curioso pues en este sentido ambos se han unido también. Ambos coinciden, sobre todo Pierluisi que hacer esto es volver al 1898, momento de un gobierno militar, o al 1900, cuando se estableció la Ley Foraker.
Los únicos que promueven que haya una supervisión fiscal federal, son los candidatos del Partido Nuevo Progresista, Ricardo Rosselló y Jennifer González, que se acercan desde una mirada neoliberal. Estos quisieran que el gobierno federal tomase control pleno de la isla. En esta medida su visión es posiblemente la más colonial de las que hoy se disputan en el país.
Nos parece interesante como el país se va cociendo. Lo que es curioso es que el gobierno de Puerto Rico, tanto el que conforma el gobernador García Padilla como el que conforma el comisionado Pierluisi, han tomado posiciones dignas en la medida que han rechazado la propuesta de una Junta de Control Fiscal. Lo terrible, es que el independentismo no haya reaccionado y haya participado en este debate de país. Terrible.
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