Perdiendo el norte o la cara triste de la migración

Cine caribe

altPerdiendo el norte (Dir. Nacho G. Velilla, España, 2015) es una de las últimas comedias españolas que llega a Puerto Rico. Esto pese a que lleva sobre un año puesta en escena, finalmente nos llegó a nosotros con su buen humor por ratos, con su humor un poco más humilde en otros momentos.

Pese a ser clasificada como una película de comedia, realmente hablando se trata de un drama sobre las historias de vida post-industriales y post-saberes que viven a diario los jóvenes. Y sin lugar dudas que el guion (Oriol Capel, Antonio Sánchez, David S. Olivas y Nacho G. Velilla, guionistas) combina muy bien la historia de los jóvenes recientemente egresados de la universidad, hijos de clases medias asalariadas, con la dura realidad de la falta de oportunidades en su suelo natal. Ante esto, la migración “especializada” de estos jóvenes que desean irse a vivir a Alemania, pensando que, por ser la cuarta economía del mundo, y la primera de Europa, les puede brindar una oportunidad de vida.

Ese es el filme. Esa es la historia de Hugo (Yon González) y Braulio (Julián Álvarez), el primero empresario y el segundo científico, que ante el desempleo o sub-empleo, se ven en la obligación de migrar a Berlín. Allí se encuentran, por razones de falta de dominio del idioma, o por falta de oportunidades reales, o por discrimen interpersonal, con la dura realidad de no encontrar empleo. Acaban trabajando en la fonda de Kebabs turcos de Hakan (Younes Bachir).

Es en la fonda, donde también les alquilan un piso, departamento, que se desarrolla la trama. Que entre otras cosas es muy cómica de momento, en otros momentos es un filme muy tierno, a veces tiene violencia innecesaria, y por momentos se torna en una historia pasajera. Desde esta mirada, por momentos el guion se sostiene con fuerza y de momento, pierde rumbo en una trama con demasiados vericuetos. Dicho, esto vaya a verla, pues no se la puedo contar.

Nada, que hay que verla, aunque nos llegue 13 meses después de haber sido estrenada en España. Al director Nacho G. Velilla hay que seguirle la pista. Tiene olfato. Sobre todo, que a su haber tiene el crédito de haber sido el director ejecutivo de una de las series de televisión más exitosas de España, Aida. Pues algo bueno, deben tener sus películas. Vayan a verla. Se van a reír, y a llorar.