Escuela Theodore Roosevelt: 116 años de excelencia académica

Cultura

(San Juan, 9:00 a.m.) La Escuela Elemental Theodore Roosevelt está celebrando 116 años de excelencia académica. Estudiantes, profesores y exalumnos se reunieron la semana pasada en la escuela, localizada en el sector Colombia del Barrio Cárcel en Mayagüez, para celebrar la educación pública y la perseverancia de un edificio histórico, que ha sobrevivido el cierre de planteles debido a la disminución en el número de párvulos en el país.

El edificio actual de la Escuela Roosevelt se levanta donde una vez estuvo el Hospital Militar Español. El gobierno de ocupación convirtió el hospital en escuela en marzo de 1900, como parte del plan de alfabetización, nacional que se implementó durante los primeros diez años de su llegada. Originalmente, la escuela fue la primera secundaria (High School) en Mayagüez. El edificio fue bautizado con el nombre de Roosevelt Grammar, en honor a la visita del presidente Theodore Roosevelt a la Isla.

El antiguo hospital sucumbió al terremoto de San Fermín en 1918. La escuela fue reconstruida en 1920 con fondos municipales y de la Junta de Educación de Mayagüez. La nueva escuela fue transformada en escuela elemental para atender a la creciente población de edad escolar. El gobierno ya había construido la Escuela Farragut, que sirvió como secundaria hasta la construcción de la Mayagüez High School, hoy Escuela Intermedia Manual A. Barreto.

En 1966, el Dr. Ángel Quintero Alfaro, a la sazón, Secretario de Instrucción Pública, creo el proyecto de las escuelas modelo para fomentar el desarrollo educativo del país. En las escuelas modelo, además del currículo tradicional, se enseñaba francés desde el cuarto grado, se enfatizaban las bellas artes y la formación de líderes, se daban dos clases de español, el inglés era dividido en conversacional y gramatical, se hacía hincapié en las ciencias y matemáticas avanzadas para los grupos adelantados, el uso de la biblioteca y los recursos audiovisuales.

David Malavé, quien era el director de la Roosevelt, decidió competir para obtener una de las tres designaciones que se iban a otorgar para escuela modelo en 1967. Para lograr esto, consiguió becas para que los profesores estudiaran maestrías, tanto en la Isla como fuera de ella y organizó un comité de padres que sirviera de apoyo en la búsqueda de la designación. El comité de padres, fue liderado por tres reconocidas hermanas mayagüezanas, Clara, Irma y Provi Forestier, hijas del empresario Conrado Forestier, quien se había graduado de la primera clase de la Escuela Roosevelt cuando esta fue secundaria. Las hermanas Forestier habilitaron y donaron todo el equipo del salón de Kindergarten, uno de los requisitos para poder participar en el proyecto. También fundaron la cooperativa escolar y junto a la madre Aurea Rivera y la profesora Gladys Sebastián, organizaron las tropas de cobitos y brownies.

La escuela obtuvo la designación. En 1968, siendo directora Brunilda de Cruz, se organizaron tres días de festividades donde los estudiantes demostraron sus habilidades, artísticas y cognoscitivas.

“La Escuela Roosevelt era el castillo de la educación”, indica Yazmín Pagán Rodríguez, presidenta de la Clase Graduada de 1971, la primera clase en haber completado el proyecto modelo en su totalidad y la que organizó el primer rencuentro de exalumnos en el 2004. “La visión educativa de los 60 era capacitar a los estudiantes para ser líderes. Nos preparaban para competir no solo aquí, sino internacionalmente”.

La Clase de 1971 comenzó a reunirse cuando aún eran estudiantes de escuela superior.

“Nuestra primera reunión fue en 1976, cuando la profesora Margarita Torres se retiró como maestra. Ella nos enseñó a amar el español. Estando ya en secundaria, valorábamos la educación que tuvimos y que nos ha valido para mantenernos unidos como amigos por más de medio siglo para la gran mayoría de nosotros”, puntualiza Pagán Rodríguez, quien fue maestra antes de dedicarse a su propia empresa.

Pagán Rodríguez, junto al periodista Félix Cruz y a la empresaria Gladys Toro, decidieron reunir su clase en el 2004 y a la vez, extender una invitación a todos los egresados de la Roosevelt para conmemorar los 104 años de la escuela como institución educativa y los 84 años del edificio. Más de 400 exalumnos se reunieron a finales de marzo del 2004 para honrar a todos los maestros que durante más de un siglo colaboraron en la formación de estudiantes.

La actividad del 2004 fue dedicada a los profesores Margarita Torres, español (QEPD); Papo Agrait (QEPD) y Gloria Casasús, música; Ángel Pérez Acevedo (QEPD) y Carmen Rodríguez de Cardona, Mirinda Nazario (QEPD), matemáticas; Raquel Díaz, Rosario Perea, María Iñigo (QEPD), Arenas (QEPD), Lugo, ciencia; Juanita Santiago (QEPD) y Rumaldina Martínez, inglés; Rosa Camelia Vázquez y Mary Jane Augspeguer, francés; Luz Asencio Vda. Ferrer, estudios sociales, Gladys Sebastián, Carmen Salas Vda. Librán y Esmeralda Ruíz, generales, entre otros.

“La Roosevelt significa mucho para todos los que estudiamos en ella”, asegura la ex profesora universitaria Muguete Sacarello Pérez, egresada de la clase de 1953. “La preparación académica de los maestros, su compromiso con la educación y su interés sincero en los estudiantes hizo la diferencia para los que estudiamos en la escuela en el siglo pasado. Los educadores formaban seres humanos en todos los sentidos. Era un nivel superior de excelencia académica donde la base intelectual era el nexo que integró al alumnado y al profesorado en un lazo que fue más allá de la Roosevelt, y los hizo amigos”.

Félix Cruz, redactó un proyecto de ley para declarar la Escuela Roosevelt como monumento histórico, que fue presentado por el entonces Senador Jorge Ramos Vélez 9P. DEL s. 2581), y aprobado por la Legislatura de Puerto Rico como la Ley 146 del 11 de junio de 2004.

La politiquería y el bipartidismo egoísta que ha destruido al país, desmanteló el programa de escuelas modelo, puntualiza la farmacéutica Carmen Y. Cruz, Clase 1972.

“Las escuelas modelo eran una esperanza para el estudiantado puertorriqueño”, asevera Cruz. “Sin embargo, la politiquería y el egoísmo bipartidista, pudo más que el bienestar de los estudiantes de Puerto Rico. La falta de visión y el respeto a los proyectos de excelencia de pasadas administraciones laceró la educación y condujo al país al caos”.

La Theodore Roosevelt todavía vibra con la creatividad de los estudiantes mayagüezanos, pero sus días pueden estar contados. Una comunidad integrada por padres, estudiantes, maestros y exalumnos, se niegan a dejarla morir.

“La Roosevelt es símbolo de un pasado educativo glorioso y esperanza de que la memoria histórica cale profundo en el alma de la nación para rescatar del pasado programas y proyectos que ponían a los estudiantes primero”, añade Cruz.

Crédito foto: Félix Cruz