Reportaje Especial: Haití entre pobreza económica, riqueza artística

Economia Solidaria

altCuando llegué a Haití en inmigración me preguntaron cuál era el propósito de mi viaje. Contesté vacaciones. El oficial me miró con sospecha y volvió a preguntarme. Contesté lo mismo. La duda del oficial me hizo cuestionar si realmente se viene a Haití de vacaciones. Tan pronto puse un pie fuera del aeropuerto, la contestación fue evidente. No; a Haití no se viene de vacaciones. Visitar Haití es un ejercicio forzoso de introspección social. En una fracción de segundos uno se enfrenta con la realidad, cruda y dura, de lo que es la pobreza y la necesidad extrema.


El cuadro es fuerte: gentes en la calle luchando por sobrevivir. Los comercios, si así se pueden llamar son literalmente al aire libre. Las gentes se acomodan en lo que pueda quedar de acera o al borde de la calle. Allí exponen los productos que tienen para la venta. Hay vendedores y vendedoras de dulces, comidas, frutas y vegetales. Hay zapateros, gomeros, ebanistas y artistas. Todos atisbados unos al lado de otros. Entre ese mar de gente, hay montones de basureros que acumulan los desperdicios de la comunidad. Las calles no tienen asfalto, son mayormente de barro. Las casas construidas en bloques de cemento están sin empañetar y muchas a medio hacer. Las carpas que donadas luego del terremoto todavía son visibles y forman parte de los techos de algunos hogares. Aún hay ciudades de casetas donde vive la gente.

En contraste con este cuadro impactante de pobreza y de cuestionable higiene sobresale el arte creativo y colorido de los haitianos. El arte en Haití se formaliza a partir de 1943 con la llegada de De Witt Peters. A su llegada Peters descubre lo que llama arte ingenuo, popular o primitivo. Es arte espontáneo, en estado bruto, sin ninguna formación o estudio artístico alguno. En 1944, Peters abre la primera galería y la llama Centro de Arte. La usa para dar instrucción más formal a los artistas. En la actualidad, los artistas continúan siendo mayormente autodidactas, aunque hay también muchos con formación artística.

En la mañana del sábado visité Noailles Village en Croix-de-Bourquets. El viaje fue interesante y un tanto retante. Iba sola con un chofer y el guía, ellos no hablan inglés ni español. Mi francés es tan básico que al hablarlo me siento como cuando uno es pequeño y juega a hablar en otro idioma, inventando palabras y diciendo disparates. Entre mis disparates en francés y el lenguaje universal de las señas, sobreviví. En el viaje de ida y vuelta ellos escuchaban un programa de radio donde había una discusión política. Tuve la impresión que era en vivo. No entendí la sustancia de lo discutido, aunque capté que hablaban de problemas constitucionales y de lo mal que lo hace el contrario. Imaginé que era algo así como un programa de Fuego Cruzado. De repente los políticos gritaban, se interrumpían, el moderador los mandaba a callar. Mis acompañantes de tanto en tanto se reían y hacían algún comentario. No me pude contener y en un francés bien roto les dije: los políticos parecen ser todos iguales en cualquier país. Ellos me preguntaron si entendía lo que discutían. Mayormente los gritos y las subidas de tono en la voz, dije. Nos reímos.

Noailles Village es una ciudad de artistas ubicada al norte de Puerto Príncipe. Allí mayormente se encuentran los artistas dedicados a la escultura de metal. Tan pronto llegué se me acercaron varios artistas para que visitara sus locales. Me insisten que soy la primera visita del día y que esa primera visita es importante para sus ventas del día. Las obras en metal son impresionantes. Observo los herreros golpeando y fundiendo los tambores o zafacones de acero que se usan para transportar aceite y otros productos, una vez vacíos se llevan a Noailles para ser reciclado por los artistas y transformados en obras de arte.

Antes de irme dos jóvenes insisten que entre a su local. Tómese tiempo en mirar, le hacemos buen precio. Me preguntan si hablo francés. español e inglés les digo, soy de Puerto Rico. En un inglés básico que es mejor que mi francés de primer grado, uno me dice como si fuera cosa buena: ah Puerto Rico dependiente de Estados Unidos. Lo miro, le sonrío y le respondo: ser dependiente nunca es bueno. Me mira y asiente. Me llama la atención una escultura de metal de una mujer ángel tocando lo que parece ser una tuba, tiene el pelo largo, recogido en un moño rizado. Pregunto quién es el artista, me dice que es él. Le pregunto el precio para tener una idea. No puedo comprarla, es grande y no me la puedo llevar, Tampoco tengo esa cantidad ahora. Dígame, si pudiera comprarla cuanto pagaría. Sonrío, le hago saber que la obra es hermosa, que no quiero ofenderlo dándole un precio porque reconozco que su arte vale lo que pide; aunque le advierto que como negociante ofrecería menos. La próxima vez que vuelva a Haití, porque pienso regresar, si aún está aquí hacemos negocio. Aunque no hace la venta, el joven queda satisfecho y me dice: cuando vuelva si la he vendido le preparo otra.

El arte haitiano, sea pinturas en canvas o esculturas en metal, piedra o madera se caracteriza por los temas religiosos, del medio ambiente, la historia de Haití y la historia cotidiana del artista. El arte haitiano arte es colorido, tiene mucho de real y mucho de imaginario. A pesar de la pobreza con la que este pueblo se enfrenta diariamente, es interesantemente que el arte haitiano sea un arte fresco, ingenuo y de riqueza perceptible. Las escenas o imágenes creadas son generalmente gozosas. Los sujetos comunican alegría. No hay escenas trágicas. Pienso que esto nos puede decir mucho de cómo se ve o se imagina a sí mismo el pueblo haitiano.

El colorido y la alegría del arte haitiano lo hace muy popular en el Caribe y el mundo entero. Entonces me pregunto, ¿Por qué Haití no se enfoca en hacer de su arte una industria fuerte y primaria para su economía? ¿Será qué el arte en tiempos de crisis nunca se valora como es? ¿Será qué se requiere de seres sensibles para disfrutar y apreciar el arte? ¿Será qué en la política no puede haber gente con mucha sensibilidad? Solo me pregunto.