¡Llegó Uber, a circular taxistas!

Economia Solidaria

(San Juan, 9:00 a.m.) En un país donde la transportación pública es escasa me causa interés y a la misma vez entusiasmo la inminente llegada a Puerto Rico de compañías como Uber y Lyft, que proveen transportación en vehículos privados a quién necesite una trillita a algún sitio rápido y no encuentra ni taxis ni autobuses.

La Federación Puertorriqueña de Taxistas organizó una protesta recientemente en la que una caravana de taxis transitó en fila del Aeropuerto Luis Muñoz Marín en Carolina hasta el Capitolio de Puerta de Tierra. El detonador de la protesta fue la inminente llegada a Puerto Rico del servicio Uber y otros similares. Lo que hizo la caravana fue detener el tráfico en todo ese tramo, y si algo, esta generó dolores de cabezas y una gran antipatía hacia los taxistas.

Los servicios como Uber y Lyft funcionan a través de una aplicación a un aparato móvil. La idea es que cuando uno llega a una ciudad o está en una localización X pueda contactar el servicio para que lo transporte. Los precios, me han dicho los que han usado los servicios en otros países, son competitivos y estos resuelven efectivamente los frustrantes problemas de conseguir transportación en lugares donde no se ve ni un autobús ni taxis.

Los choferes son muchas veces estudiantes que buscan complementar sus ingresos. Usan sus vehículos personales, pero están sujetos a ciertas regulaciones y estándares que pone la compañía. Las aguas parecen haberse calmado después de que se les aseguró a las organizaciones y servicios de taxis que la Comisión de Servicio Público y la Compañía de Turismo, que regulan los taxis, también tendrían jurisdicción sobre los servicios como Uber y Lyft.

La compañía Uber ha publicado anuncios esta semana en diarios locales que buscan apaciguar a quienes los miran con suspicacia o competencia desleal. Creo que el momento es muy propicio para que lleguen estos servicios de transporte a Puerto Rico. Olvídense de la AMA, como se le conoce al servicio de autobuses públicos del área metropolitana de San Juan; es un caso perdido. Los taxis son otro problema. Parece que todos quieren detenerse en los aeropuertos, los hoteles, los muelles donde llegan los barcos cruceros y centros comerciales como Plaza Las Américas (el más grande del Caribe).

Por lo demás, es muy difícil conseguir un taxi circulando en medio de la ciudad. A veces las tarifas se desvían de lo aprobado por la Comisión de Servicio Público y la Compañía de Turismo. Si alguien no tiene mucha simpatía entre la población en San Juan son los taxistas.

Sé que hay muchos taxistas que trabajan duro para conseguir más pasajes, y reparten tarjetas a clientes, de esa forma ofreciendo sus servicios a domicilio, pero si uno no está en sitios como los antes mencionados es muy difícil conseguirlos. Uber y otros similares servicios pueden resolver muchos problemas y evitar dolores de cabeza. Pero, creo que los taxistas de San Juan ya están entendiendo que no necesariamente son competencia desleal sino complementaria. Quizás a algunos taxistas le atraerá unir sus vehículos al directorio de Uber.

Circulen más, taxistas, entonces podrán competir favorablemente. Bienvenidos al Siglo 21.