En el día de hoy he estado viendo mis cuentas de Facebook y twitter y lo que me encuentro es un bombardeo de “posts” sobre el regalo de una esgrima de David Bernier a Ricardo Rosselló y la contestación de los tenis azules. Es claro que fue un trabajo del comité de campaña de Bernier de cara a las elecciones. Las campañas se han vuelto lo mismo que vender velas. En ningún anuncio de velas vas a ver cuánto dura o cuanto alumbra la misma, lo que ves es una persona que al momento de prenderla se le alegra el día y recupera las energías. Así son los anuncios de la mayoría de los políticos y eso es el regalo de la esgrima de Bernier.
(San Juan, 3:00 p.m.) Vivimos en un país donde la prensa comercial del capital domina los medios comunicación. Vivimos agobiados del faranduleo político que parecen simplemente no hacer nada o hacerlo peor y, por consiguiente, desemboca en la indiferencia política de la gente porque no se hace política en la política.
Olvídate de las políticas que los candidatos apoyan y piensan implementar al momento de subir al poder. No hablemos de reformas al sistema de salud para hacerle frente a las aseguradoras. No hablemos sobre el control de planificación en áreas urbanas. No hablemos sobre qué tipo de industrias se buscan desarrollar en el país y no hablemos sobre la Junta Imperialista que viene en camino o sobre la deuda y cómo manejarla. Hablemos de que yo soy el cambio que necesitas. Hablemos de que tiene que haber unidad y ese soy yo. Hablemos de todo, pero no sobre política.
La política se la dejamos a los que pagan por las campañas y después se le cumplen favores. La política se la dejamos a aquel que, después del candidato terminar su carrera política, le otorga el contrato jugoso.
Repudiemos la política no política que no discute ni logra nada. Busquemos a aquellos que basan sus campañas en la política del país y no en quienes la evitan. No nos dejemos enajenar en el mundo de la publicidad.