PROMESA tiene apoyo bipartito

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) A pesar de que los medios de comunicación insisten en decir que la posible aprobación de la junta de control fiscal es un proyecto Republicano, y de excusar a los Demócratas en su empeño por aprobarla, la realidad es muy distinta. En el voto que cerró el debate, y asegura la aprobación del proyecto en el Senado de los Estados Unidos, 36 Republicanos votaron a favor de cerrar el debate y 31 Demócratas hicieron lo propio. En contra del cierre del debate, medida que tiene como efecto impedir la introducción de enmiendas y mover el proyecto a una votación final, votaron 18 Republicanos y 13 Demócratas. Si al menos diez Demócratas de los 31 que votaron a favor de la medida hubieran votado en contra la misma se hubiera colgado.

En ambas cámaras del Congreso los Demócratas votaron decisivamente a favor de la aprobación de la misma. Es cierto que los argumentos que han esgrimido es que es mejor que nada, algunos al menos, pero la realidad es que con ese argumento han votado para anular definitivamente la poca democracia que tenemos en la Isla. El voto de los Demócratas, a favor del cierre del debate o a favor del proyecto, sólo pone en evidencia el proceso que se ha llevado a cabo desde la década de los setenta cuando el Partido de Roosevelt se comenzó a convertir en el proyecto neoliberal de los Clinton. Hoy es el Partido Demócrata de Hillary Clinton el que aprobará el proyecto y viabilizará la imposición de la junta de control fiscal sobre el pueblo de Puerto Rico.

Si bien es cierto que los Demócratas y Republicanos han apoyado la disolución del sistema democrático de Puerto Rico, también es cierto que el Partido Demócrata ha tratado de jugar el juego en los dos bandos. Es como la estrategia de la izquierda en los Estados Unidos donde se trata de votar por candidatos radicales en aquellos estados donde los Demócratas no podrían ganar a cambio de votar por los moderados del Partido Demócrata en aquellos estados donde hay posibilidades de ganar. La realidad es que ese voto es meramente simbólico pero que tiene el efecto de permitir que los Demócratas sigan ganando elecciones a pesar de haber abandonado al pueblo hace más de treinta años.

En el caso de Puerto Rico es algo parecido. Los votos de los Demócratas que se oponen no son suficientes para impedir la aprobación de la medida pero a los ojos de los medios se pueden vender como que han defendido a los puertorriqueños. Ese es el caso de Luis Gutiérrez quien trató de decir, el pasado sábado, que el Partido Demócrata es nuestro aliado a pesar del hecho de que gracias a los votos de ese mismo partido la medida que impone la junta de control fiscal fue aprobada. La realidad es que el Partido Republicano es el partido de Wall Street, pero el Partido Demócrata es el partido de los inversionistas, es decir que ambos partidos tienen dueños, no conciencias, y es por ello que no podemos contar con la posibilidad de una defensa articulada y seria de nuestros intereses.