¡CUIDADO!!! No todo lo que brilla es luz…

Voces Emergentes

(San Juan, 10:00 a.m.) El don del Discernimiento es, tal vez, el más preciado de los dones. Según el diccionario, la raíz del término se origina del latín. La palabra surge de “mentum” que significa medio o instrumento y la palabra “discernere”, que significa distinguir o separar. DISCERNIR es una VIRTUD ligada a una acción MORAL que nos permite valorizar si una acción es buena o mala. Añade el sitio virtual:

“La palabra discernir es sinónimo de juicio, perspicaz, distinguir, comprender, es decir, cuando una persona discierne algo debe de comprender, distinguir lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto y ser prudente.” En la Biblia, el Discernimiento de espíritus figura en 1ra de Corintios 12 y en la Carta a los Hebreos habla del “discernimiento del bien y el mal”. A la hora de tomar cualquier tipo de decisión, el don del Discernimiento es fundamental, porque lo que la Verdad encierra, no necesariamente es visible claramente ante nuestros ojos físicos. ¿Cómo entonces Discernimos? ¿Para qué es vital en este momento el ser capaces de Discernir?

El don del Discernimiento es como un escudo de protección. A todas las personas les gusta vivir protegidas y seguras, pero no todas las personas pueden saber dónde hay peligro, para entonces ser capaces de actuar desde la prudencia. En muchas ocasiones, las personas o situaciones aparentan ser una cosa, pero en realidad, son otra. Podría ser que se aparenta tener o ser gran bondad y amor y es todo lo contrario; o, igualmente, algo que aparenta ser muy nocivo o negativo, podría muy bien cumplir con un propósito benigno. Ciertamente, por más que practiquemos el desarrollo de este don espiritual, porque el Discernimiento al igual que la Sabiduría, es una cualidad de la Energía, del Espíritu, este don requiere de un traductor. El traductor es la intuición. En otras palabras, para poder tomar la decisión entre una cosa u otra, primero hay que ver las opciones y esa información, a nivel energético, nos la brinda la intuición. Si usted adolece de un afinado don intuitivo, puede pedir que le sea dado. Al igual que el Rey Salomón pidió Sabiduría y le fue dada, nosotros podemos solicitar que nos sea dado, tanto la intuición como el Discernimiento, y todo lo que pidamos con Fe y creyendo nos será otorgado. Si trabajar con el concepto de la intuición es algo muy ajeno para usted, la mejor alternativa es observar las acciones de las personas y velar porque sus actos sean tanto, de integridad como fundamentados en valores. En otras palabras: que lo que la gente dice y/o predica, es lo que hace.

Es sabio poder Discernir en cuánto a todos los aspectos de la vida. Recientemente, un grupo local, no sabemos quiénes (primera clave para saber que algo no concuerda), convocó a una actividad de Meditación en el Morro. Varias personas llegaron al evento para encontrarse con que allí no había nadie. Las personas escribieron al evento que se anunció por la red social Facebook para pedir información y nadie respondió. Cuando alguien funciona en el ámbito espiritual desde el anonimato, esa es una gran bandera roja.

En la Espiritualidad todo es Luz, Claridad, Transparencia. Quien desee operar desde la oscuridad está en toda su Libertad de hacerlo, pero esto es precisamente una de las cosas que nos alerta a que no todo lo que brilla es Luz. La noche fue salvada por la líder empresarial Idáliz Escalante, quien agrupó a los allí presentes, y Yanira Cotto González dirigió voluntaria y magistralmente la meditación. Al día siguiente del evento, aún no figuraba en Facebook una cancelación, no se pautó para otra fecha y mucho menos figuró una disculpa de parte de los organizadores. Gracias a quienes tomaron acción, positiva y proactiva, y cumplieron con la convocatoria y el llamado que les hizo el Universo.

Quizás, el lector o lectora no crea que este asunto espiritual del Discernimiento le compete, pero le pregunto: ¿tienes la intención de ejercer su derecho al voto este año? De ser así, ¿conoces personalmente a cada candidato? Si la respuesta es no, ¿ejerces tu derecho al voto con sabiduría y discernimiento o todavía votas por quien tus abuelos y/o padres te dijeron que votaras? Dicen por ahí que los pueblos tienen los gobiernos que merecen, pero en realidad, los pueblos tienen los gobiernos que reflejan colectivamente, como un espejo, quién ellos son a nivel individual. ¿Qué somos como pueblo? ¿Qué valores nos caracterizan? ¿Cuál es mi mejor opción en un momento histórico tan crucial? ¿Votar o no votar? ¿Por quién debo hacerlo? ¿Cómo las acciones de los candidatos y su trato los unos con los otros me ayudará a mí, votante, a discernir sabiamente en cuanto a quién es la persona más capaz para dirigir el bienestar de tantas y tantas personas en medio de uno de los momentos más cruciales de nuestro país?

La Verdad es un principio muy complejo debido a su sentido de relatividad, sin embargo, el Bien es simple. Todos deseamos el mayor BIEN; sentirnos BIEN, hacer lo que está BIEN. El indicador más eficiente para saber, si en efecto, lo que vemos o hacemos es el bien o lo más correcto, es la Paz. En todas las instancias de la vida, para saber si estás en el Bien, la decisión que tomes debe darte paz. Tus acciones deben producirte bienestar. Las acciones ajenas que atenten contra tu paz y bienestar, deben ser discernidas para que la Verdad se revele clara y diáfanamente. Es sabio pedir que el camino correcto se muestre ante ti con facilidad y certeza y así, puedas tomar una decisión sabia y constructiva. Hay mucha incertidumbre en medio de los cambios que estamos viviendo. Sin embargo, seamos prudentes en utilizar el discernimiento sabiamente a la hora de seguir a un líder, ya bien sea uno político, religioso, cívico, social o espiritual. Si lo que ves en sus acciones no cuadra con lo que dice, ¡cuidado! Aprendamos a no aceptar menos de lo que nos merecemos. Si el discernimiento nos dice que algo no vibra en la más alta integridad, seamos valientes a la hora de decir: “¡No! Esto que veo no es mi reflejo; esto no me representa.” Sobre todo, seamos íntegros y vivamos por altos valores para que nuestro país sea un reflejo diáfano de nuestra belleza interior. Discierne con sabiduría y recuerda que la paz es nuestra mejor brújula hacia nuestro mayor bien.