American Pastoral o el mundo que dejó de ser… en los EE.UU.

Cine caribe

altIr al cine siempre es en diálogo con nuestro contexto social. Las pasadas elecciones generales de Puerto Rico, del 8 de noviembre, dejaron a muchos estremecidos ante los cambios en los comportamientos electorales. Candidatos independientes, hombres y mujeres, obtuvieron más votos, que los partidos de mayoría. Esto sin no dejar de mencionar, a los partidos tradicionales que luchan por la independencia y la justicia social.

American Pastoral (Dir. Ewan McGregor, EE.UU., 2016) es una invitación necesaria para volver al pasado y entenderlo. No es una invitación para añorar lo que pasó y debe volver a pasar. El pasado, según dicen que dice William Faulkner, nunca muere; ni tan siquiera es pasad. Ante el laureado escritor de los EE.UU., pensamos en el talentoso Marx, quien junto a Engels pronunció que ante los cambios que el capital nos impone todo lo que es sólido desvanece en el aire. Idea que el teórico estadounidense Marshall Berman ilustró en su estudio de sociología cultural bajo el mismo nombre acuñado a Marx, y que inicialmente se publicara en el 1982.

American Pastoral es un libro de Phillip Roth publicado en el 1997. Ahora se hizo película, y permitió que McGregor debutara como director. El libro, como la película versa sobre un capítulo difícil de la década de 1960, década de rupturas culturales. Normalmente nos acercamos a esa década desde la mirada de los cambios culturales, y la emergencia de los históricamente oprimidos. Esta película versa sobre un aspecto particular: sobre la vida y milagros de los judíos, segunda generación post-holocausto, que se desarrollaron en Newark como parte del pueblo trabajador de los EE.UU.

Es una historia sencilla y sin pretensiones, hasta que usted descubre que la hija de Swede Levov (Ewan McGregor) y su esposa Dawn (Jennifer Connelly), Merry (Dakota Fanning), se convirtió en una guerrillera. El balance social familiar se traduce en el bienestar de unas vacas, que la familia cría. Todo va bien, hasta que la hija desaparece y es buscada por las autoridades por haber puesto explosivos para derrocar el régimen. El resto, usted lo piensa y lo interpreta.

De primera intención, American Pastoral es un filme muy convulso y conservador. No obstante, luego que se asienta en el alma de uno, se torna en un filme desgarrador, y sobre todo volviendo a Marx, donde toda esperanza de futuro, desvanece. La película nos ofrece un relato no antes reflexionado, en torno a la vida y milagros de las clases medias que se radicalizaron. Hay una diferencia abismal no obstante con Taxi Driver (Dir. Martin Scorsese, EE.UU., 1976), pues la radicalización de Travis Bickle (Robert De Niro) es desde la mirada de un marginado blanco. American Pastoral, son las clases medias, las judías, las trabajadoras, que se fueron, se transformaron, y sobre todo se desvanecieron.

Es una película que hay que ver. Aunque duela.