The fate of the furious o una oferta trillada y ya poco creativa

Cine caribe

altThe fate of the furious (Dir. F. Gary Gray, EE.UU., 2017) se vende como la película, saga/franquicia, más taquillera sobre la aceleración. No nos podemos olvidar, que es un filme donde el eje de transportes son los autos, y como estos, con nitrógeno o no se mueven. Ahora bien, esta película se nos vendió con un truco: que la misma se iniciaba en Cuba, y para sorpresa de todos y todas, tan solo fue eso, un inicio.

La primera escena de la película se desarrolla en la Habana donde Dom (Vin Dissel) y su novia Letty (Michelle Rodríguez) se encuentran de luna de miel. Allí el primo de Dom to tiene un altercado callejero, y éste decide intervenir. ¿Cómo? En una carrera de autos 1950, en la Habana. Algo así como American Grafitti (Dir. George Lucas, EE.UU., 1973) revisitada. La única diferencia es ver a la Habana, con el mismo cariño que siempre la hemos visto, pero ahora en lo exótico de coches viejos que corren con nitrógeno. Un gran guiño, que realmente no condujo a nada. El resto de la película pasa en cualquier localidad entre Canadá y Atlanta, Georgia, que son los destinos más cotizados de filmaciones en estos momentos por los incentivos contributivos.

Entonces, el resto de la película transcurre entre Dom (Dissell) quien traicionó a sus cuates, entre ellos Letty (Rodríguez), Hobbs (Dwayne Johnson), y Deckard (Johan Statham), entre otros. Pero lo hizo, porque Cipher (Charlize Theron) lo “conquistó” bajo amenaza. Ella, literalmente hablando, se quiso convertir en el “Ojo de Dios”.

En fin, que hay muchos muertos que jamás botan sangre, ¿serán robots actores? Y, por otro lado, hay mucha acción y mucho ruido. Pero realmente hablando, es una película con pobre actuación, un pobre guion, pero sorpresivamente, un éxito taquillero. En fin, que han planeado 10 películas más en la serie, y ya están en pre-producción las ediciones novena y décima de esta serie llamada The Furious. Si la ve es a su discreción.