Un bebé que nace con la piel tiene con tonalidad azul, sufre de una condición conocida como síndrome del bebé azul. Un bebé azul está cianótico, le falta oxígeno en la sangre y en los tejidos del cuerpo. Pues bien, este gobierno, de cualquier modo, quiere que la isla sea un bebé azul.
El pueblo está dando bocanadas para mantener la cabeza sobre el agua y poder respirar algo de aire. Pero el gobierno en su afán de seguir criando un bebe cianótico se inventa celebrar el día de la ciudadanía americana. El gobierno piensa que inventando un día de fiesta y quitando otros tantos que ya el pueblo tenía, va a ganar puntos de chocolate para alcanzar la estadidad.
Los gobernantes se ensañan en sus malas costumbres y pierden de vista que en esta coyuntura histórica que vive el país, lo menos que quiere el pueblo es la politiquería partidista. El pueblo quiere, necesita y reclama un gobierno apto y capaz.
Necesitamos a encontrar cierta normalidad. Tener un techo, comida, luz y agua limpia. Todavía hay demasiadas familias sin luz eléctrica ni agua. Uno es mi amigo Rafi, vive en un barrio de Caguas, lleva 165 días sin luz. Mañana es su cumpleaños. ¿Qué tal si de regalo le llegara la luz? Como él hay muchas otras personas, especialmente en los pueblos de la montaña. Los pequeños negocios hacen malabares por sobrevivir. La gente se va en estampidas del país, dejando atrás sus casas, su familia, sus amigos, sus mascotas y la patria.
El gobernador no tiene idea de lo que está pasando, su barca se fue a la deriva. Hay un “pasemisin”, de culpas entre el gobierno y el cuerpo de ingenieros. Inventan pronósticos y crean falsas esperanzas. Pero insisten que vociferando que el bebé cada día es más azul, del Norte nos abrirían los brazos y nos arrullaran cantando “duérmete niño duérmete ya”. Nada más lejos de la verdad. La cura para el síndrome del bebe azul vendrá del pueblo que se reconstruye parándose en sus propios pies.