Héctor el Father o el cine de esos Puerto Rico/s de los cuales no hablamos

Cine caribe

altFui a verla, como los miles de boricuas que han ido a ver esta película. La misma, ha superado todos estrenos habidos y por haber en la isla. Sobre 110 mil personas la vieron en el fin de semana de su estreno, lo cual rompió con el récord que tenía Talento de Barrio (Dir. José Iván Santiago, Puerto Rico, 2008), con 96 mil personas. A su vez, la película supero a los Dominirriquenos (Dir. Eduardo Ortiz, Puerto Rico, 2015), que poco más de 100 mil personas la habían visto también en su primer fin de semana, pese a no ser una película del género de regetón.

Lo importante, reconociendo la contribución que hace el cine comercial al desarrollo de la industria cinematográfica del país, es pensar que las historias locales a partir de los héroes locales, hombres y mujeres, atesoran un gran valor para nuestro país y su gente. Razón por la cual, lejos de subestimar lo que los talentos del ritmo del reguetón han logrado, es sobreestimarlos y pensarlos como un eje adicional de consolidación cultural y de afirmación nacional. En este contexto, celebro la película de Héctor el Father y reconozco que la misma estimula a contar las historias de tantos jóvenes, hombres y mujeres, que han contribuido a este género urbano, y que han afirmado la puertorriqueñidad desde otra mirada alterna.

La película cuenta la historia de Héctor el Father, en su última etapa musical, luego de su separación de su dueto fundador, Tito el Bambino, se entrega al mundo del poder, del machismo, del dinero, y de algún tipo de vicio que la película nunca menciona. Héctor se convirtió en un joven cantante de música urbana, muy poderoso, quien desafió no solo al estado, sino a sus propios seguidores, a quienes humilló, agredió físicamente y sobre todo, subestimó.

Ese cantante urbano, personificado por su propia persona/actor, presenta su rompimiento y su acercamiento a la Iglesia [Evangélica] Fuente de Agua Viva, donde encuentra tranquilidad y deseo de continuar viviendo. A partir de ahí, y hasta hoy, Héctor Delgado, el nombre real del actor y cantante, se ha convertido en un hombre de bien, que pregona la palabra de Cristo y ayuda a las personas a superar sus vicios y problemas. La película ene esto se convierte, le guste a usted o no el cristianismo, en un filme de auto-ayuda.

Ahora bien, dicho lo anterior, y pese a reconocer que la película es una “mina de oro”, también tengo que reconocer que la misma tiene problemas de producción que pueden ser mejorados. La falta de experiencia o la pleitecía al ego, llevaron de forma incorrecta a Héctor el Father a actuar su propia historia. No, no, no. Error. De igual forma, muchos de los actores secundarios, carentes de experiencia actuarial, no lograron hacer de la película una convincente. Y finalmente, la cercanía entre la persona/actor a su mundo religioso, le resto veracidad al personaje. ¿Qué no utiliza lenguaje soez? ¿Qué no usa drogas? ¿Qué no tenía sexo no tradicional?

En fin, vayan a verla porque es un ejemplo de buen cine comercial. Es cine de masas que van a disfrutar una película sin crítica. Ahora bien, en el futuro, al ministro y pastor Héctor Delgado, que trabajen un poco mejor la producción. Pero lo dicho está, tremenda película para ser la primera. Adelante.