Trump y la cena de los corresponsales de la Casa Blanca

Agenda Caribeña
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

altLa cena de corresponsales de la Casa Blanca se celebró ayer en esta capital y nuevamente tuvo como el gran ausente de la noche al presidente estadounidense, Donald Trump, quien también faltó en 2017.

La decisión del mandatario de volver a perderse el importante evento no asombra a prácticamente nadie dado que poco ha cambiado su relación con la prensa desde su llegada al poder el 20 de enero de 2017.

“Mañana por la noche me saltaré el baile de las noticias falsas (cena de los corresponsales de la Casa Blanca) para estar con los patriotas americanos que realmente quieren hacer a Estados Unidos grande otra vez”, escribió ayer en su cuenta de Facebook en referencia a un mitin al que asistirá hoy en Michigan.

Diversas fuentes resaltan que la cita anual, surgida en 1921, tiene el propósito de mostrar el respeto recíproco entre la prensa y el Gobierno, aun cuando se caracteriza por muchas bromas que incluyen críticas más o menos abiertas a mandatarios y medios de comunicación.

Pero la ausencia de Trump por segundo año consecutivo puede ser vista como parte de su desdén continuo hacia los 'medios de noticias falsas', calificativo que él da a organizaciones periodísticas como CNN, NBC, The New York Times y The Washington Post.

En el mensaje publicado este viernes en Facebook, el presidente compartió un video en el que Mark Serrano, quien es su asesor de medios, dijo que esta noche 'los habitantes de la sociedad de Washington se codearán con sus celebridades favoritas para beber, comer y dar palmadas en la espalda por todos los logros de noticias falsas'.

La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca dio a conocer el pasado 6 de abril que, según le informó la mansión ejecutiva, el mandatario no planeaba participar en la cena de este año, pero que 'animaría activamente' a los miembros de la rama ejecutiva a unirse a los periodistas.

Se espera la presencia de su secretaria de prensa, Sarah Sanders, quien se convertiría en la primera vocera del gobernante republicano en ir a ese tipo de encuentro, al que no acudió en 2017 su predecesor en el cargo, Sean Spicer

Dados los tensos nexos existentes entre el jefe de Estado y los periodistas desde su etapa como candidato presidencial, podría parecer lógico que se negara a intervenir en un evento donde seguramente será el centro de numerosas críticas.

Así lo augura no solo el tono de este tipo de citas, sino también el hecho de que la presentadora de este año será la comediante Michelle Wolf, colaboradora del programa televisivo de humor político The Daily Show, con Trevor Noah, y protagonista de un espacio semanal en el servicio de televisión en línea Netflix.

La artista, quien en sus bromas arremete continuamente contra el gobernante y lo acusa de ver a las mujeres solo como objetos sexuales, ya aseguró que no se frenará en su presentación de esta jornada.

Con su reiterada ausencia Trump se mantiene como el único mandatario norteamericano en perderse una celebración de los corresponsales de la Casa Blanca desde que Ronald Reagan (1981-1989) no pudo ir en el primer año de su administración, debido a que se recuperaba de un intento de asesinato.

Incluso en medio de esas circunstancias, Reagan realizó una llamada telefónica durante la cena para dirigirles unas palabras a los participantes.

En el caso del predecesor de Trump, Barack Obama (2009-2017), estuvo presente en la cena de corresponsales durante los ocho años de sus dos mandatos.

Para el actual presidente, en cambio, la confrontación con los medios se ha convertido en práctica común, de ahí que defienda su uso intensivo de las redes sociales como una vía de comunicación directa con la gente.

En esa guerra con la prensa, varias fuentes han visto en ocasiones al presidente como ganador, y en otras consideran la balanza inclinada a favor de las organizaciones periodísticas.

Una encuesta difundida a principios de este mes por la Universidad de Monmouth, Nueva Jersey, apoyó este último criterio, al arrojar que el número de estadounidenses que confía en los medios es superior al de quienes creen en el jefe de la Casa Blanca.

En relación con CNN, la televisora más atacada por el gobernante, el estudio concluyó que tiene un 48 por ciento de confianza entre los norteamericanos, frente a un 35 por ciento que respalda más al mandatario.

En sentido general, el sondeo encontró que los estadounidenses califican a Trump como menos confiable que cada una de las tres principales cadenas por cable, a pesar de la creencia generalizada de que los medios noticiosos convencionales 'ocasionalmente' o incluso 'regularmente', reportan noticias falsas.