The Equalizer 2 – el reto de sobrevivir -impunemente – en América

Cine caribe

altPor decir lo mínimo, es una película predecible. Por decir lo más, los actores aparentemente están aburridos con la saga. Lo terrible, es que se trata de un filme de verano, que produce mucha riqueza, y que como entretenimiento comercial es un éxito.

The Equalizer 2 (Dir. Antoine Fuqua, EE.UU., 2018) es un filme que sigue la vida del personaje Robert McCall (Denzel Washington), quien ya había aparecido como personaje fílmico en el 2013 en The Equalizer (Dir. Antoine Fuqua, EE.UU., 2013). McCall, en la primera película, se había retirado del mundo de las acciones clandestinas de la CIA, a partir de su propia “muerte”. Desde entonces, vivía una doble identidad, y se dedica a ser conductor de pasajeros para una de las empresas corporativas del mercado.

Todo va bien hasta que, de forma trillada y repetitiva, alguien dio la instrucción en el centro de la CIA, de eliminar a los operarios de una vieja unidad inoperante, a cuyos miembros había que eliminar uno a uno. Pues bien. Esa es la película, y ya saben o se imaginan, cuál es la conclusión de la película. No se las cuento, desde el saque, Washington/McCall les muestra la senda. Ahora bien, ya saben, hay cerca de mil muertos, y distinto a Puerto Rico, no hay una sola comisión legislativa investigando el origen de los cadáveres.

En fin, una película simplona, bien intencionada, con mensajes ocultos previsibles, y con una relación director/Fuqua-actor/Washington que ya va por más de seis películas. Ahora bien, lo que si valió la pena es la escena entre Washington/McCall y Ashton Sanders/Miles Whittaker.

Para los que no se acuerdan este es el joven adolescente, Ashton Sanders, de la película Moonlight (Dir. Barry Jenkins, EE.UU., 2016). La escena de violencia y moraleja como diría Larry en Men and the city, es posiblemente la mejor escena de toda la película. Washington en su mejor momento en todo el filme, frente a un joven actor lleno de talento, disciplina e interés por ascender, le da un consejo desde la violencia, en torno a la vida.

Ahora bien. Vayan a verla pues el cine comercial como fórmula es un producto logrado. Esta película es una formula, y por venta de boletos, ha sido un éxito. Habiendo costado $36 millones la producción, en días días de estreno, ya había hecho más del doble, $77 millones.

De mi parte, lo dejo a su discreción. Vayan a verla a su propio riesgo. Suerte.