El Colectivo: ¿qué pensamientos le estas ofreciendo al mundo y por qué importa?

Espiritualidades
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El psicólogo Carl Jung propuso la teoría de que existía una consciencia universal, en donde se guardaban todas las memorias y experiencias humanas, y al mismo tiempo, que todos desenlaces potenciales de las acciones humanas. En la Nueva Espiritualidad se habla mucho de estar inter-conectados y como no, solo las acciones, si no también las actitudes y pensamientos de unos afectan a otros. Ahora, yo he tratado, sin suerte, de explicar esto a mi amado esposito, hombre inteligente, lógico, de esos que llaman el pan, pan y al vino, vino. Hasta que hace poco recordé que mi adorado inglés es fanático de la serie televisiva Viajes a las Estrellas.

En Viajes a las Estrellas, La Segunda Generación, existe una raza humanoide llamada los Borgs, que conquistas y adaptan a otros humanoides, convirtiéndolos a su vez en más Borgs. Una de las cualidades de los Borgs, es el Colectivo: una consciencia común, incorporada en la Reina, que comparten todos los Borgs. Esto no solo les permite comunicarse telepáticamente, si no compartir todos los conocimientos que traen los “nuevos” Borgs al grupo, al igual que las nuevas lecciones que aprende alguno de ellos. Así que, por ejemplo, si un nuevo Borg fue un genio de la música, al ser adaptado, todos los Borgs comparten esta cualidad. Y si durante una misión, un Borg encuentra la manera de solucionar un problema especifico, en cuestión de minutos, todos los Borgs saben cómo resolver dicho problema. Lamentablemente, los Borgs andan en una de conquistar al Universo y al estar tan corporalmente mezclados con maquinas, han perdido su apreciación a la belleza del mundo natural. Como es de esperar de una serie televisiva que valora tanto la individualidad, son los malos de la partida: algo que los Borgs ni entienden ni comparten. A su ver, cada nuevo Borg se beneficie de todo el conocimiento del Colectivo al incorporarse al grupo y (algo que se toca más adelante en Voyager) jamás se siente solo ni no “amado” –como sea que los Borgs interpreten el amor.

A través de mis años de estudio, meditación, reflexión y experiencia personal, he llegado creer mucho en el Colectivo y la forma que nos afecta. Es debido al Colectivo que casi todos los maestros espirituales aconsejan andar con personas que estén en la misma onda que tu (hasta el mismo Jesús le dijo a los discípulos, en su primera misión, que solo fueran a donde los recibieran bien y me imagino que de ahí viene lo de arrojar perlas a los cerdos.) En su libros, Conversaciones con Dios, Neale Walsh sugiere que una de las razones para que lugares como África nunca salgan de abajo, es la visión que el Colectivo tiene de ellos: siempre los vemos pobres, hambrientos, necesitados, sin educación, con moscas en la cara y aunque con motivos nobles, las organizaciones caritativas no hacen más que reforzar esta imagen con publicidad amarillista, donde no se presenta a esta personas como seres dignos, pasando por un mal momento, si no como individuos desprovistos de toda felicidad, de todo orgullo, de todo poder personal que deben esperar por la caridad de los “ricos.”

Palabras más, palabras menos, todas las espiritualidades dicen que tus pensamientos crean tu realidad. En el Dhammapda, Buda dijo: “Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada.” Jesús hablo por un lado del poder de la fe en las creencias y por otro lado de cómo no es el mundo quien nos contamina con sus impurezas, es lo que sale de nuestras mentes y corazones lo que nos puede ensuciar. El Tao nos dice que cuando cambiamos la manera de ver las cosas, estas cosas cambian.

Todos más o menos tratamos de recordar lo del pensamiento positivo; algunos dicen afirmaciones, otros oraciones, otros más cambian la fraseología para asegurarse que ningún “NO” en sus diferentes versiones se haya colado en sus decretos. Lo que no parece que le prestamos la suficiente atención, es a los pensamientos, dichos y palabras negativas que soltamos a diario. Parte del problema es esa manía occidental de dividir la vida en cajitas, presumiendo que lo que pasa en la cajita A no afecta a la cajita C. Así que después de comenzar el día con una gran inhalación y llamando al poder de la Luz en uno, salimos a la calle y lanzamos un grito al loco que se atravesó corriendo en el carro y casi nos hizo chocar, porque, caramba, en esta país nadie respeta nada, por eso es que estamos como estamos, bochinche, bochinche y jamás vamos a salir de abajo con estos tipejos, que seguro son del otro bando político y a que no tienen papá. Es decir, en menos de un minuto, le hemos puesto al Colectivo la idea de que todas las personas de nuestro país son irrespetuosas, culpables de la mala situación, enemigas, nacidas, en el mejor de los casos, de una madre o padre irresponsables y en vista de todo lo anterior el país siempre vivirá en un eterno caos. Y todavía no son las ocho de la mañana. Imagínense como terminara el Colectivo de esa comunidad, de esa ciudad, de ese país, de ese continente y de ese mundo, si unas 20.000 personas tienen emociones, pensamientos y expresiones parecidas unas diez veces al día.

En mi experiencia, el efecto más fuerte se siente en las esferas más cercanas: nosotros mismos, nuestras familias, nuestros compañeros de trabajo, nuestros con-ciudadanos, y así. Es por ello que la primera persona con la que tenemos que trabajar, para que cosas hermosas, inspiradoras y benéficas entren a nuestro Colectivo, es nuestro Yo. Debemos hacer un esfuerzo consciente para vivir el día a día en los pensamientos que nos hacen crecer, que sacan lo mejor de nosotros, que nos abren el corazón a la vida, con todas sus maravillas y rarezas. La segunda persona con la que trabajamos, indirectamente con el ejemplo y directamente con la conversación, son nuestros hijos y pareja. Luego, por extensión, los amigos de mentalidad afín, que nos apoyan, enseñan y caminan con nosotros en nuestro viaje humano. Y por último, los demás. Cada pensamiento, actitud y/o emoción negativa que ponemos en el Colectivo, es como una piedrita arrojad en el agua: crea ondas expansivas que se extienden a gran distancia. Otra forma de verlo es la siguiente: los pensamientos negativos son toxinas y los positivos nutirentes y todos bebemos del agua del Colectivo. Ahora, imagínense una comunidad donde un buen grupo decide, conscientemente, ponerle piedritaspositivas o nutrientes al Colectivo. Imaginemos ahora que varias comunidades lo hacen. Después una ciudad. Y dos. Y tres… ¿Locura? ¿Perdida de tiempo? Tal vez. Pero como yo lo veo, toma el mismo esfuerzo ver el vaso medio vacío que medio lleno. Los resultados de ese pensamiento, sin embargo, no podrían ser más opuestos.

Inspirándonos de nuevo en el Tao y su idea de que el viaje de las 10.000 millas comienza con un paso, propongo que trabajemos de forma concertada con nuestra familia y amigos inmediatos para llenar nuestro Colectivo más cercano y directo de Positividad y Posibilidades. Apóyenos mutuamente en los momentos difícil; inspirémonos; mantengámonos vigilante ante la tendencia de caer en el negativismo. Recordemos que ser positivo no es esperar que las cosas caigan del cielo: es actuar con la fe de que en alguna manera son posibles y que nosotros, tarde o temprano, encontraremos dicha manera. Y como primera herramienta, propongo borrar de nuestro vocabulario, por algún tiempo, la palabra “pero.” Si se dan cuenta, ninguno de sus sinónimos tiene el mismo sabor ni abren tan fácilmente la puerta de las excusas. Alejémonos en la medida de lo posible, de los que, por ignorancia, resentimiento o miedo de quedar como ilusos, se empeñan en ver solo lo negativo, llámense familiares, colegas, noticias, foristas, oponentes políticos, programas de TV, libros, películas, música, pseudo amigos y vampiros emocionales – o por lo menos encontremos la manera de no ser parte de sus conversaciones y comentarios tóxicos. Si tus pensamientos crean tu realidad, no dejes que nadie te imponga su versión de la misma y se fiel a tu visión y al mundo que con ella quieres crear. Llena ese Colectivo de alegría, de soluciones innovadoras, de valor, de amor, de belleza, de compasión, de sabiduría, de entereza, de valores y retro-aliméntate de lo bueno que le has regalado al mundo.