En el Gran Debate triunfó el NO [a la estadidad]

Cultura

(San Juan, 11:00 a.m.) Las elecciones del 3 de noviembre son cruciales para la supervivencia de la Patria y la puertorriqueñidad. Nos enfrentamos a una definición que nos marcará por lo que resta de siglo.

El plebiscito truculento, montado por el gobernante Partido Nuevo Progresista (PNP) para atraer a su base desafecta por su mala ejecutoria gubernamental, busca una definición entre si queremos integrarnos a Estados Unidos o mantener una identidad propia. El liderazgo novoprogresistas está consciente del riesgo que corren si gana el NO, pero la ambición por el poder pesa más que una nimiedad.

Empero, son tan ilusorios que se creyeron su patraña de haber ganado dos plebiscitos cuando en realidad no hubo participación de la oposición a la anexión. En fin, el truco tiene problemas. El liderazgo estadista no contaba con una campaña publicitaria tan aguerrida a favor del NO y mucho menos con el desmantelamiento de sus falsedades por personas con conocimientos sólidos.

Están desesperados. La desesperación queda demostrada cuando escuchamos a una comisionada residente, Jennifer González, atreverse a decir que si no votamos SI perderemos los fondos federales. El candidato a la gobernación por el PNP, Pedro Pierluisi Urrutia, llegó a decir en uno de los debates, cuando se le enfrentó con la verdad de que si el archipiélago es absorbido por Estados Unidos perderemos la representación internacional en las Olimpiadas y en Miss Universo, que eso no era así, luego por lo bajo, dijo que por lo menos deberían dejarnos participar en los juegos regionales. Puras mentiras para agradar los oídos de los suyos y tratar de engatusar a los otros.

Zarandeados por la campaña aguerrida en favor del NO, principalmente orquestada por el viejo zorro Aníbal Acevedo Vilá, sacan un anuncio con el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, donde apoya la decisión de los puertorriqueños si estos buscan integrarse. Lo más curioso de esta campaña es la ausencia de Donald Trump y sus huestes republicanas tan defendidas por González. Esto pone en entredicho el liderazgo de la comisionada residente que ha demostrado ser incapaz de conseguir el apoyo del partido estadounidense del que es afiliada y cuyos candidatos promueven tanto ella como la gobernadora Wanda Vázquez Garced y el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz.

Sin embargo, los que favorecen el NO deben estar listos para enfrentar trastadas de último minuto orquestadas por los politicastros corruptos que controlan el aparato gubernamental, el poder legislativo y los tribunales.

Puerto Rico requiere en este momento que sus hijos e hijas y todos aquellos que se sienten orgullosos de ser puertorriqueños, boricuas o borincanos salgan a votar el 3 de noviembre por el NO. Está en juego la permanencia entre los pueblos del planeta la nación puertorriqueña, esclava legalmente como colonia, pero libre en espíritu.

El plebiscito no es un voto en favor de un estatus político. Es un voto para definir si somos puertorriqueños y queremos permanecer siendo identificados como tales. Debemos escoger si continuamos ondeando la Monoestrellada o la enterramos como símbolo patrio. Sería muy triste dejar de escuchar La Borinqueña cuando nuestros atletas triunfan o nuestras reinas son coronadas o nuestros hijos e hijas son reconocidos por sus talentos.

El plebiscito no es vinculante. Como toda artimaña PNP carece del aval de Washington. El resultado es solo significativo para nosotros. Su importantica radica en que es definitorio sobre quiénes somos. No es sobre la ciudadanía es sobre si somos o no hijos y herederos de esta tierra que llamamos Borinquen, Borinquén o Puerto Rico.

El estatus político de Puerto Rico es potestad del Congreso de Estados Unidos porque así lo estableció el Tratado de Paris en 1898. Para los puertorriqueños definir su estatus, lo primero es derogar ese infame documento con un caso legal en la Corte Internacional porque queda demostrado que el Tribunal Supremo de Estados Unidos no cambiará para nada su decisión de que el archipiélago es un territorio no incorporado. Ahora con una mayoría abrumadora conservadora y republicana, similar a la que en 1901 convirtió a Puerto Rico en una propiedad que no es parte de Estados Unidos, mucho menos veremos cambios.

Si usted se siente orgulloso de su puertorriqueñidad y desea legarle a sus hijos y nietos la gran riqueza cultural de la nación boricua, salga y vote por el NO. Si usted cree en las capacidades y talentos de los puertorriqueños, salga y vote por el NO. Si a usted se le salen las lágrimas cuando ve ondear la Monoestrellada o escucha los acordes de La Borinqueña, salga y vote por el NO. Si usted se siente orgulloso de nuestros atletas, salga y vote por el NO. Si usted ama hablar español, salga y vote por el NO. Si usted es bilingüe, pero tiembla cuando escucha un te amo en español, salga y vote por el NO.

Si usted se cansó de la corrupción, la mentira y la mala administración, salga y vote por el NO. Si usted quiere un cambio verdadero, fundamentado en un dialogo nacional en igualdad de condiciones, salga y vote por el NO.

El futuro de Puerto Rico y de los puertorriqueños está en juego. Su voto decidirá si continuamos siendo hijos Boriquén, orgullosos del legado de nuestros ancestros y promotores para la reconstrucción de un nuevo país.