“No se hace justicia encarcelando, se hace justicia respetando” [educando]

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Con un llamado a la tolerancia, la igualdad y la justicia, decenas de personas recordaron esta tarde a Alexa en el lugar donde fue asesinada a tiros hace un año, en un paraje en la intersección de la carretera PR-165 con la carretera PR-185, en Toa Baja.

“En el último año han sido asesinadas siete personas trans”, recordó el activista Pedro Julio Serrano, portavoz de Puerto Rico para Tod@s. “Hablamos del caso de Alexa y del caso de las mujeres trans, pero dos hombres trans también fueron asesinados este año, Yampi (Méndez) y Samuel Edmund Damián (Valentín). Queremos justicia para ellos también, y queremos justicia para Serena (Angelique Velázquez), para Layla (Peláez), para Penélope (Díaz), para Michelle (Ramos) y para Alexa. Justicia para todas las personas trans”.

La actividad contó con el respaldo de personas y activistas de la comunidad LGBTTIQ+, diversas organizaciones como Waves Ahead, Ariannas’s Center y Sage Puerto Rico, público en general, así como el alcalde de Toa Baja, Bernardo “Betito” Márquez, y los legisladores Deborah Soto, María de Lourdes Santiago, Ana Irma Rivera Lassén y José Bernardo Márquez, quienes ofrecieron palabras de respaldo a la comunidad LGBTTIQ+, y además prometieron trabajar en la legislatura por promover la igualdad, la equidad y el respeto hacia todas las personas.

Yo me enteré de esta actividad por la prensa. Como un homenaje póstumo me sumo a la voz de Alejandro Santiago Calderón, trabajador social y activista LGBT+, quien escribe:

“Las comunidades lesbianas, gay, bisexuales e identidades trans (LGBT+) siguen sumando visibilidad por sus consistencias por la equidad. Como muestra de ello se puede hacer un repaso histórico para ver el esfuerzo invertido con intención de oportunidades, calidad de vida e integración en sociedad. La conversación debe continuar y debe girar a favor de las personas de identidades trans y como lograr mayor protección para ellas. Al presente, continúan sufriendo los embates ya que en Puerto Rico es necesaria una respuesta por parte del Estado y la sociedad, que aseguren la sana convivencia.

Hoy, hace un año, Puerto Rico le arrebató la vida a un mal llamado hombre con faldas. Se le privó de la vida a una mujer trans. Una persona que, debido a la falta de acceso a servicios de salud mental, vivienda, oportunidades de desarrollo y atención por profesionales de la conducta humana, su vida fue tirada a la borda. Peor aún, la causa pudo haber sido la pérdida de valores que suman a las características de un ser humano. Los valores no se pierden por amar, aceptar, respetar y defender la diversidad; todo lo contrario. La culpa no es solo de quienes halan el gatillo, y dan por concluida la vida. ¡No! La culpa, al parecer es huérfana, y se debe buscar respuestas.

Un año de este vil asesinato, el reclamo de justicia se escucha con mayor fuerza, pero se queda corto. No resuena lo suficiente cuando la idea de hacer justicia es encarcelar como única opción. Hacer justicia para Alexa va más allá de ir tras el presunto autor de los hechos, procesarla y apostar un sistema punitivo; es nefasto para el avance social. Creer que esto es justicia, es precisamente fomentar la privación de la vida. Quizás, es nuevamente asesinar a Alexa con el mismo sistema que no la atendió.

¿Qué podemos hacer para mejorar como sociedad? Pareciera sencillo, pero cuesta, y solo con respetar, puede ser un buen comienzo. Respetar no implica aprobar algo que parece mal o que nos dicen que está mal basado en un texto o una creencia. Respetar es argumentar a favor de la dignidad humana y romper con aquellas cosas que nos ciegan y nos hacen creer que se está del lado correcto de la justicia, se vale. Respetando y promoviendo un nuevo modelo de justicia para cada persona, quizás, se reduce que las personas de identidad trans queden en el olvido. Fomentar una cultura de aceptación, y no de tolerabilidad, es oportuno para seguir sumando al cambio que necesitamos como país. Usar nuestro liderato para deshonrar y asesinar la dignidad de una juez presidenta por ser lesbiana, es exactamente volver a asesinar a Alexa.

Como profesional del Trabajo Social invito a mirar desde un todo. En el proceso de observar, aspirar a algo más allá de “vigilar y castigar”. Hago un llamado a la reflexión buscando una nueva justicia social. Apostar a una sociedad que desarrolle la conciencia necesaria para que cada persona viva acorde a su identidad de género y se le valide. No solo se muere cuando deja de latir el corazón, también se muere cuando sin necesidad alguna hay que soportar el odio por parte del opresor. ¡Justicia para Alexa!