(San Juan, 9:00 a.m.) Todos queremos sentir amor, saber que alguien nos ama, sea un hijo, una tía, un amigo, el vecino, el compañero de trabajo, la mesera del restaurante, alguien.
Es importante saber que nuestro amor es aceptado, valorado.
Esta búsqueda se hace más silente con el pasar del tiempo, pero nunca expira. Y el que lo tiene cerca en ocasiones se siente inconforme por la manera en que lo vive, desearía que fuera distinto, en algunos casos más expresivo, más detallista, más fogoso, menos empalagoso, más distante.
No estamos conformes, y hay veces que entramos en una etapa donde nos anestesiamos y aceptamos como bueno lo poco que nos den con tal de sentir algo de afecto. Esa búsqueda de amor puede tornarse peligrosa en algunos casos, puede llevarnos a relaciones muy poco balanceadas que como resultado nos exponen a sentirnos peor que cuando se inició esa aventura.
El que busca amor es como un explorador, es atrevido, muchas veces no mide riesgos, está listo para el rescate, solo debe ver que hay potencial, aun cuando eso signifique años de terapia, de faltas, él no se desanima porque ve el resultado final, y muchas veces lo justifica porque dice que ama mucho, pero con el pasar del tiempo se da cuenta que ese amor es solo una propia necesidad a no estar solo, al deseo tan alto de tener amor en su vida que arriesga mucho, lo da todo solo con la esperanza de que la otra parte en algún momento reaccione y le ame igual.
Muchos buscan el amor de todas maneras, estoy seguro que usted puede contarnos varias historias de amor que conoce, incluso las suyas. Esta búsqueda nos puede distraer de la búsqueda real de amor, la más importante y es el amor propio, el amarse a uno mismo debe convertirse en la búsqueda más desesperada de amor, donde valoremos día a día quienes somos, donde veamos lo grande de nuestras acciones y nos respetemos.
Debemos prepararnos para no necesitar de alguien para dejar de sentirnos solos, porque nuestra mera presencia basta.
Sí, soy un explorador como de los que hace un rato hablé, lo único que cambié mi búsqueda a la más importante, ahora busco mi amor propio, me reconozco y aprecio como soy, incluso me doy palabras de aliento para fortalecer el ser que vive en mí.
Esto ha hecho que pueda entender que, en la vida de buscador de amor hay tiempos cuando se debe esperar con calma hasta que llegue el amor indicado, he comprendido que hay momentos donde es necesario soltar y dejar ir al que está a tu lado porque simplemente no da lo mismo que tú y se encuentra en proceso de superar su propia historia, por amor se deja libre, por amor se sana, por amor se dice acepto y por amor se dice hasta luego.
A veces la búsqueda por el amor nos sorprende cuando llega y no estamos listos para recibirlo, hay veces que estamos tan golpeados de relaciones pasadas que nos da miedo intentarlo una vez más, hay otros que viven con el fantasma del pasado, de lo que fue y que nunca volverá aun cuando ese recuerdo está mezclado con amargos momentos y otros andan distraídos por la vida y no se dan cuenta cuando llega su verdadero amor.
El que ha amado ha vivido, el que busca amor desesperadamente trata de tener una razón para vivir y el que se ama a sí mismo tiene la fuerza diaria para caminar con firmeza y vivir con alegría.
Muchas son las formas de buscar amor, ¿cuál es la tuya y que amor buscas?