Es que oí hervir el mar [me confeso un pescador al oído]

Cultura

(San Juan, 12:00 p.m.) Recuerdo que hace años un pescador sin más red que su sonrisa, atrapó mi desencanto, cuando me advirtió que venía una tormenta; y de forma enfática rechazó usar su barca para llevarnos al islote que se divisaba en el horizonte.

Sonreí incrédula, no era posible ante el apogeo del sol , un mar en calma , un cielo despejado y una brisa dócil. Pero por arte de magia, en menos de quince minutos , el cielo se enluto, de repente olas salvajes se levantaron ahogando el islote , y golpeando mi incredulidad.

Regresé a preguntarle cómo pudo anticipar lo que no se veía, y me contestó: " es que oí hervir al mar".

Entonces comprobé lo sabio que son muchos de nuestros pescadores. Entonces comprendí que tenemos adentro mares que hierven y pescadores que viven en cada uno de nosotros. Y no nos damos cuenta.