(San Juan, 1:00 p.m.) Es imposible comparar la situación que vive el pueblo de Palestina hoy, frente al estado agresor de Israel, y el caso del pueblo de Puerto Rico frente al gobierno del Partido Nuevo Progresista. Es imposible, pues no son temas equivalentes. Ahora bien, lo que si crea interés es el rol de los estados, sean gobierno democráticamente electos o no, en promover un régimen de terror a las poblaciones civiles.
En el caso de Palestina, a partir de las diferencias que surgieron en la celebración del Ramadán en Jerusalén, así como el destino de unas siete familias de origen palestino que allí viven, ha surgido este nuevo capítulo de salvajismo militar israelí. En este proceso, los palestinos se sumaron a su gobierno, dirigido por Hamas, para defender su derecho a vivir en paz sin agresiones continuas por la policía de Israel. A partir de ahí, surgen los misiles, los cohetes y más que nada la represión sin parar por parte del ejercito israelí. Los pueblos asumen otras posiciones. El pueblo Israelí, curiosamente ha asumido posiciones un tanto divididas a favor y en contra de su gobierno. Mientras el pueblo Palestino unido en este capítulo, pide solidaridad. Pero lo que más piden es que cese el bombardeo.
Por otro lado en Puerto Rico, hay varios debates pero el más ocurrente es la acusación contra el CPA Raúl Maldonado, pasado secretario de hacienda. El mismo denunció que había un acto de corrupción y mafia controlando el Departamento de Hacienda. Bajo dicha denuncia, la Ofician del Inspectora General abrió una investigación a cargo de la licenciada Brendaliz González Méndez. Luego de esto, le cambiaron las instrucciones a la licenciada, y ésta terminó renunciando.
Según ella alega, la forzaron a renunciar pues según ella quería radicarle cargos a Maldonado, no habiendo un caso contra él. Es decir, se trata de un acto de persecución política. No es al nivel de Israel contra los palestinos, pero son ambos actos de persecución política. Los estados no deberían participar de esto, no obstante, bajo una justificación en Israel, y otra en Puerto Rico, lo hacen. Es momento de pensar que hacer, pues a los estados hay que controlarlos. Pensemos.