La Junta de Supervisión Fiscal vino en el 2016 [y anunció irse pronto]

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.) La Junta de Supervisión Fiscal, ente artificial creado por virtud de la Ley PROMESA en el 2016, ha comenzado a anunciar que se va de Puerto Rico.  Es decir, que ya culminó sus tareas de reestructurar la deuda pública, por lo tanto no se necesitan más en la isla.



El colonialismo americano ya ha tenido múltiples facetas.  Esta ha sido la última, la de crear un cuerpo para administrar por encima de los funcionarios electos.  Pese a todas las protestas sociales, dicho cuerpo ya anuncia que terminó sus tareas y que se puede ir, para que nosotros volvamos a controlar los destinos del territorio colonial. Hay un guiño interesante en la voz de alerta sobre su partida.  Según Natalie Jaresko, ahora que han reestructurado la deuda pública estatal, se puede atender el problema del estatus. ¿En serio?

El colonialismo es cosa mala.  Pero para muchos que profesan la relación entre Puerto Rico y los EE.UU., reestructurar la deuda es bueno para Puerto Rico, pero es mucho mejor para los bonitas que invirtieron en Puerto Rico y cuyos dinero estuvieron en juego, desde que el gobierno los dejará de pagar en el 2014.  Ante este cuadro, la pregunta que uno se ha hecho todo los días, es ¿fue buena la Junta de Supervisión Fiscal para el pueblo de Puerto Rico, para la gente de a pie?

Realmente hablando, la junta vino a la isla, y se podrá ir, y más allá de reclamar que “actuaron” por nuestro bien, la mayoría hemos sufrido por la falta de bienestar que hemos tenido en los pasados años. Ni los bonos se han pagado a los bonitas buitres, pero tampoco los semáforos funcionan, ni las calles no tienen hoyos, ni la Universidad de Puerto Rico hoy es un centro de excelencia.  Lo cierto es que todas y todos hemos sufrido más con la junta que sin ella, pese a que ahora, luego del Plan de Ajuste de la Deuda, los bonistas podrán volver a cobrar.