(San Juan, 12:00 p.m.)
Sin más armamento que un refugio de miedo y calambres.
Arto de respirar y no dormir,
desinfectándome con los engaños de las flores,
cavilando frente a las ruinas de mi insolencia.
Me busco, te busco
y la noche es tan perversa
que no permite crucificar mis dioses terrenales.