Jueves santo, día en que los católicos cristianos en el mundo celebran procesiones para rememorar la Última Cena, y el lavatorio de pies, escucho el cantar ruidoso de unos pájaros. Abro la puerta que da al balcón y salgo al patio. En lo alto de una palma, hay dos aves que parecen hablar molestas y yo desconozco qué les sucede.
Me quedo en silencio observando y un tercer pájaro llega con un lagartijo en su pico. Quedé atónita con esa escena dantesca. Los tres comenzaron a parlotear, pero el que engullía el lagarto, se impuso sobre los otros dos que osaban a quitarle la presa. Entonces, el tercero me miró fijamente y me dijo: “en tiempos de hambruna no se escoge el manjar uno se conforma con lo que encuentra.