Viajar a Tailandia después de la pandemia

Caribe Hoy

Una de mis actividades favoritas es viajar.  El amor por conocer mundo es algo que aprendí desde muy niña cuando comencé a viajar con mis padres a Centro América para visitar a mi abuelo, quien, por su trabajo en el área agrícola, vivía en El Salvador. En 2019, el año antes que explotara la pandemia tuve la oportunidad de viajar bastante, y eso en cierto modo, me cubrió esa necesidad por los próximos dos años de encierro global.

Ya, luego de dos años de la pandemia, muchos países están abriendo sus puertas para regresar a la cotidianidad acostumbrada con anterioridad. Tenía en planes para el 2020 un viaje a Vietnam que fue cancelado en más de una ocasión por causa del Covid y la pandemia.  Este es un viaje que continua pendiente en mi “bucket list”.  En el ínterin se buscaron otras alternativas y surgió el viaje hacia Tailandia. Desde Puerto Rico, llegar a Tailandia o a Vietnam conllevan sobre 20 horas de vuelo, sin contar tiempo de espera en aeropuertos.  Así que este es un punto importante que se debe considerar al viajar a cualquier destino. La línea aérea para viajar desde Nueva York hasta Tailandia fue la de los Emiratos Árabes, y tengo que darles A + en el servicio, limpieza, puntualidad, atención.  A pesar de la controversia sobre el uso de las mascarillas, en esta línea aérea era requerido, lo cual a mí me brinda más tranquilidad.  De hecho, desde muchos antes de la pandemia, identifique que al volar en un avión los senos nasales se me afectaban y terminaba con una alergia terrible. Así que tengo que tomar anti-alergénicos para viajar.  Con la pandemia, las líneas aéreas se ocuparon de limpiar sus sistemas de filtración de aire acondicionado, e interesantemente, eso combinado con la mascarilla me ha minimizado las alergias.  Es fundamental que, en esta época de “pos-pandemia”, uno, como viajero, conozca con suficiente tiempo de anticipación los requisitos de entrada al país, para evitar problemas en los aeropuertos.  En el caso de Tailandia es obligatorio tener un “Tai pass”

Sobre Tailandia les diré que es un país de la mar interesante y colorido. Los tailandeses son unas gentes muy amables y corteses. En ningún momento del viaje me sentí abacorada por ellos.  Distinto a India que las gentes te persiguen para que les compres, eso no sucedió en Tailandia.  El país lo encontré limpio y con sentido de organización. No lo percibí ni como un país rico ni pobre. Sí me fue evidente, que luego de dos años de encierro, las gentes estaban deseosas de recibir al visitante y darle buen servicio.

En el país hay cientos de templos majestuosos y vistosos.  La imagen de Buda está por todas partes y en todos los tamaños.  La flora es parecida a la de Puerto Rico, hay flamboyanes, palmeras de coco, trinitarias, mango y un sin número de plantas que hay aquí.  Hay otro tanto que no las conocía, pero pienso que podrían sembrarse en la isla.  El café local muy bueno.  La comida tailandesa es riquísima, aunque siempre nos ocupamos que no le pusieran mucho pique.  Parte de la aventura fue degustar los gusanos de seda, que interesantemente saben a mantequilla de maní.  También como parte de la aventura nos transportamos en Toc-Toc, que son una especie de motora-carrito abierto.  Esto es un sistema de transporte que se podría adoptar en Puerto Rico, principalmente para áreas como el Viejo San Juan, y de ese modo limitar el tráfico de vehículos en la capital antigua.  De hecho, en Mayagüez se inició un proyecto con unos vehículos solares parecidos a los Toc-Toc, pero mejor y más avanzados.  Sin embargo, no tengo idea en que ha quedado ese proyecto, que entiendo es genial.

En fin, con las debidas medidas de precaución y teniendo en cuenta los requisitos de entrada a cada país, los viajeros podemos empezar a hacer planes para nuestras próximas aventuras. A preparar maletas se ha dicho. ¡Buen viaje!