"¿Estirpe 51?" en la era del bombardeo

Creativo

Ensayo analítico y poema reflexivo de la realidad política-social puertorriqueña

Mucho se ha hablado sobre el tema del status de nuestra Isla, mas sin embargo entre hablar tanto se ha dicho poco. ¿Alguna vez nos hemos sentado a dialogar objetivamente sobre nuestro país? ¿Hemos hecho el intento de buscar unas soluciones a los problemas que nos aquejan?

¿Hemos dejado a un lado los discursos muy bien adornados partidistas para encontrar dónde yace nuestra identidad nacional con el fin de cerciorar un futuro próspero? No quiero pensar que soy yo quien único ha pensado así, pues sé muy bien que no lo soy. Igualmente tengo muy claro que como puertorriqueño estoy en medio de un bombardeo constante de ideas, y al decir bombardeo me refiero a que no impera un sano diálogo o intercambio de ideas, sino todo lo contrario. Dicho intercambio es horrendo y muchas veces triste, pues esas ideas son tergiversadas, etiquetadas con colores y lo peor, estas repercuten en la sociedad desembocando en enfrentamientos embarazosos y que quiebran al pueblo causando una difícil división.

Dentro de esa lucha de ideas, "en pro del pueblo", existe una ironía. Es en esa lucha de ideales por el pueblo donde llega el momento en que la lucha por la causa es desviada por la lucha de la lucha por la causa, y la causa pasa a un amargo segundo plano y así sucesivamente hasta llegar al más remoto y gélido sótano. La prioridad ya no es prioridad y confunde las masas creando un efecto destructor. Pregunto, ¿quién representa al individuo puertorriqueño? ¿No es la figura ministerial o gubernamental la que se dice representar a todo un pueblo? No quiero creer semejante cosa, pues de ahí nace uno de los grandes problemas que ha arraigado nuestra Patria desde hace poco más de 60 años. No existe un tema o momento en que se deje de politizar nuestra realidad. Tenemos de frente un futuro incierto, ¿y a quién le debemos eso?

No quiero buscar culpables pues encontrarlo no cambiará el resultado, pero sí quiero encontrar soluciones para asegurar un mejor porvenir. A mí no me representa un líder de una x o y colectividad, ni una insignia, ni un color; a mí me representa mi voluntad y mi carácter dentro de una rama vasta que se llama puertorriqueñidad, cuyos símbolos no son conocidos, ni atesorados como una pava o una palma. A mí no me puede amilanar un "servidor público honorable" con sus discursos retóricos inservibles. ¿Hemos perdido el enfoque y la lucha por la causa? ¿Dónde nos quedamos con esa gesta autoritaria? ¿Hemos de reiniciar nuestra lucha? ¿Hacia dónde vamos en realidad? ¿Seguimos siendo los mismos puertorriqueños de hace 60 años atrás? ¿En dónde nos encontramos dentro de este bombardeo? Son infinitas interrogantes y carentes las respuestas. Aquí les dejo plasmado en un poema-humildemente-la realidad político-social de nosotros los puertorriqueños.

 

¿Estirpe 51?

Hace un tiempo, bien desde bien niño,

he escuchado decir al viejo no mires atrás,

porque caerás y como escuálido te lastimarás,

y con tal curiosidad yo siempre miraba,

porque era más fácil retar que acatar la orden que daba.

 

Pero el reloj corrió y marcó las tres,

de las muchas veces que miré,

y el don tenía razón pues caí más de diez,

ya no podía creer que predijera tan bien,

así que comencé a correr firme y determinado,

nunca mirando al pasado y yendo en pro de lo anhelado.

 

La meta veía lejos pero el saciarla veía cercano,

por tanto seguí andando y encontré más de mil fulanos,

unos mal influyentes, otros bien intencionados,

unos escuálidos y otros bien proporcionados,

lo sorprendente era ver que juntos todos caminábamos

por una meta distinta bajo el mismo cielo azulado,

de vez en cuando estrellado y otras veces contaminado,

y no precisamente de químicos sino iras, odios y rencores

que mantenían entonces en vilo todos nuestros alrededores.

 

¿Porqué andábamos juntos si aspirábamos diferente?

Pero quedó claro en mi mente lo que el viejo me había contado,

que no importaba a dónde fuera "pa'lante es que es muchacho",

así con ímpetu y bien enfocado, animé a los caminantes,

y les dije voluntarioso que nada ni nadie nos espante,

porque el impulso desde atrás no vale, sino que yendo pa'lante

pues que no se escribe la historia sino nos lanzamos galantes.

 

Por más que nos pisoteen como el mayoral a Manrique,

plantación adentro debemos hoy movernos,

para así cosechar la patria que juntos queremos,

que será la herencia primordial en nuestra postrimería,

a los que nos procedan en tiempos venideros,

y será nuestro consuelo saber que lo intentamos,

y aun mejor que lo logramos por nuestra tierra y ciudadanía.

 

...Que nos falta andar bastante no es excusa pa' acabar,

sino pa' continuar juntos en la lucha sin armas, ni defunsiones

que mejor sean al natural así el llamado se va a escuchar,

y moviéndonos adelante y levantándonos al caer,

no nos dejaremos vencer por la desidia que nos amarra,

porque lo fácil es pasajero y lo difícil nos honrará,

y aunque cueste mucho nuestra obra al final veremos fulgurar.

 

Nunca vayamos atrás porque de eso no sale na'.

Todos juntos en vanguardia y así venceremos en realidad,

que en un mundo lleno de farsas la revolución es la verdad,

y no nos pueden ni podrán callar,

porque un pueblo así de unido nunca jamás será vencido,

pues es la buena voluntad la que manda,

y así dictaremos la andanza al compás de nuestro ritmo,

porque yendo pa'lante se domina hasta el infinito,

por eso entendí lo que el viejo bien enseñaba,

que "se acata a la razón y no a las dictaduras,

y que se hace trinchera en pro de una sociedad futura."