(San Juan, 1:00 p.m.) La persecución política ha sido parte de la historia de Puerto Rico. Sobre todo contra los hombres y mujeres negros, contra las mujeres en general, contra los miembros de la comunidad LGBTQI+, y en particular contra los independentista. Sandra Rodríguez Cotto es víctima hoy de persecución política por varias de las razones antes mencionadas, pero también por el mejor hecho de ser periodista. Es perseguida por el Partido Nuevo Progresista (PNP), quien ha utilizado de portavoz al periodista televisivo, Antulio “Kobo” Santarrosa, por conducto de su personaje La Comay.
Hay que oponerse a todo tipo de persecución política. Venga históricamente del Partido Popular Democrático (PPD) quien estableció el carpeteo político en la década de 1950; pero también por el PNP quien de forma sistemática desde el asesinato de Raúl “Chagüi” Pesquera en el 1976, estableció una política de asesinar y también perseguir a sus oponentes.
Antes que Sandra Rodríguez Cotto, y bajo el manto del PNP, fueron perseguidos, falsamente enjuiciados, y hallados absueltos, los académicos Carlos Severino Valdez, y Uroyoan Walker. Ambos hombre negros, ambos independentistas, y ambos académicos de primera, fueron perseguidos inicialmente por el nefasto Elías Sánchez, quien en las vistas de transición de gobierno del 2016, solicitó los expedientes de ambos; y luego por los secretarios de justicia, inicialmente Wanda Vázquez, y luego Domingo Emanueli. Lo que le hicieron a ambos académicos, como se dice popularmente, “no tiene perdón de Dios¨.
Hoy Sandra Rodríguez Cotto es perseguida por el PNP y Kobo Santarrosa. Hoy nos tenemos que oponer a esta, la Perseguida Política 2022-001. Es el deber de todo ciudadano y ciudadana no permitir nuevamente la persecución política en Puerto Rico. ¡Ni una perseguida más! Pensemos.