(San Juan, 1:00 p.m.) Los conciertos de Bad Bunny (Benito Martínez Ocasio), no pudieron detener la violencia permanente del país. Ante este cuadro, hoy nos levantamos con un asesinato si piedad, de un joven menor de 18 años, a manos de ocho policías, que según la noticia le impartieron sobre 60 balas. Si a esto se suman los feminicidios, los muertos por encargo, y más que nada los cadáveres encontrados, podríamos llegar a la conclusión que la muerte siempre está cerca de uno en Puerto Rico, que lo que uno se cree o piensa.
Con este cuadro, más allá del dolor, el sufrimiento de las familias, y el reclamo permanente de organizaciones de la sociedad civil, uno se pregunta, ¿qué se puede hacer? Realmente mucho, pero todo indica que poco hacemos.
Hace dos meses en el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico y a la luz de otros asesinatos a manos de la policía en la playa Punta Salinas en Toa Baja. Esos asesinatos se explican de forma compleja con incidentes muy turbios ocurridos en la zona sur del país, donde una joven fue asesinada sin razón aparente alguna hace apenas 18 meses. Bajo esto, los muertos se cuentan uno a uno, y como a nadie le provoca, no pasa nada.
Tal vez, la iniciativa del Colegio de Abogados y Abogadas, habría que tomarla para expandirla y discutirla de otra forma. Sin protagonismo del estado, con una mirada crítica de la sociedad civil, y más que nada a partir de una intervención feminista o pacifista, que valore la vida y no la muerte. Es decir, apostar a resolver los problemas sociales desde una lógica no machista y patriarcal. Pensemos.