Bienvenidos al “Callejón de los gatos” de Ana María Fuster Lavín

Creativo

El quinto precepto del Decálogo del perfecto cuentista del reconocido escritor uruguayo Horacio Quiroga nos dice: “V./No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.”*

Partiendo de los planteamientos de Quiroga, quisiera leerles algunos ejemplos de estas primeras oraciones de los XIX relatos que componen la nueva publicación de la escritora Ana María Fuster Lavín, Callejón de los gatos (Ed. Isla Negra, 2022):

  • “La niebla y esta estación abandonada son mi nuevo hogar.” [relato El silencio de las mariposas, pág. 20]
  • “La primera vez que vi morir a una persona también fue la primera ocasión en que nosotras nos encontramos de frente.” [relato La doble muerte de Natalia, pág. 29]
  • “Tocaste su sangre. ¿Aún estaba caliente?” [relato Sonrisa de medianoche, pág. 62]
  • “He llorado océanos de locura, encierros y abandonos.” [relato Diario en siete noches y dos muertes, pág. 136]
  • “¿Cuántos litros de rabia se derraman en cada insomnio?” [relato El callejón de los gatos, pág. 155]

Estas son algunas de las oraciones iniciales de los cuentos de Fuster Lavín. Una de las características principales del cuento es atrapar al lector desde la primera oración y estos íncipits son la muestra de que la escritora domina este género. Si el relato no llama la atención, el lector soltará el libro. Con estas oraciones todo resulta diferente, porque invitan, te arrastran a la lectura.

“Bagazo” inicia con un epígrafe de Abelardo Díaz Alfaro que nos da un avance de la trama de este cuento de Fuster Lavín en donde logra disertar lo social para convertirlo en arte literario. Ella es una observadora del comportamiento humano y lo transforma en historias que son un reflejo de nuestra sociedad. Ya lo ha hecho en sus libros anteriores y en Callejón de los gatos continúa con el dominio de biopsiar la sociedad donde vivimos a manera de testimonio para las futuras generaciones. De cierta manera retrata a todos estos personajes en historias que han conmovido a diario a nuestro país.

Seguimos con algunos de esos inicios magistrales:

  • “El sabor de aquellos ojos aún danzaba en su boca mientras emitía pequeños chasquidos de regusto.” [relato Las pisadas del hambre (la niña 2), pág. 75]
  • “La noche que conociste a la niña, te reconociste en ella y en su desolada hambre.” [relato La voz en el Espejo (la niña 3), pág. 89]

Un cuento debe dejarnos una impresión al terminar la lectura, pero si el cuento nos agarra desde el principio, ciertamente está bien logrado. Nos deja con imágenes grabadas en la mente tras las lecturas. Ha sido capaz de crear una nueva mitología de la ciudad, Santurce con sus vampiros y fantasmas nos perturba aun cuando en la realidad pasamos por sus calles y no podemos dejar de pensar que Fuster Lavín pobló ese territorio con otros seres. Entes que se nutren de los comportamientos de los habitantes reales que los rodean. Recordarán estas palabras cuando lean las historias de los cuentos novelados de “La niña” que nos enseña las nuevas dimensiones de la palabra “hambre”.

A continuación les presento otro de esos inicios memorables que no me canso de reseñar:

“Dicen que la muerte es invisible y anónima. Así somos: invisibles, clandestinos, básicamente anónimos para el nuevo orden gubernamental, pero aún existimos. Seremos la nueva sociedad resurgida desde los escombros del exterminio final.”

Así inicia “Al otro lado, silencio” (pág. 122), que es otro de los cuentos de gran poder que te deja con imágenes memorables. Sus líneas finales, no las leeré, no dejarán indiferente al lector.

Finalmente, hablaré de los gatos. Ana María Fuster Lavín se desvive por su gata. A cada rato la vemos subiendo fotos de SofiLuna. Muchos escritores famosos han tenido gatos. Se dice que hay cierta complicidad entre el arte de escribir y el amor hacia los felinos. Se dice que los gatos te escogen pero son tus amos. De cierta manera las obras literarias nos escogen y nos secuestran durante el proceso creativo. Hay cierto paralelismo entre ambos seres los gatos y la obra literaria. También han dicho algunos observadores que los gatos son solitarios como los escritores. Además se ha mencionado que los felinos son seres de otro mundo al igual que los escritores muchas veces no aparentan ser de este.

Los gatos son un material literario interminable, recordemos a Edgar Allan Poe y su cuento “El gato negro”. Poetas como Neruda, Borges y Baudelaire también le han dedicado versos a los gatos. Aunque también han existido gatos narradores como en la novela Soy un gato de Natsume Soseki. Obras de teatro, películas y dibujos animados también han surgido gracias a los gatos.

Los gatos son el elemento unificador del libro. Sea el lector amante o no de los felinos encontrará en esta colección de cuentos infinidad de retos, meditaciones inteligentes y personajes inolvidables.