Dicen que en Puerto Rico hay una epidemia de dengue. Puede ser cierto, toda vez que en las pasadas dos semanas, seis personas murieron de dengue. Dicho esto, tendría que leer que también hay una epidemia, en particular durante este año del 2012, de crímenes de violencia doméstica, o de género.
La violencia, de cualquier tipo es repudiable. No se puede tolerar. Desde este ángulo, la violencia de género es una particular que epitomiza múltiples problemas que aún no se han resuelto. Entre otros, las relaciones de poder entre el género masculino y el femenino; las formas de dominación históricas y contemporáneas; y sobre todo las formas y maneras más destructivas del comportamiento machista. En fin, se trata de algo completamente deplorable. No se puede tolerar.
La política pública en Puerto Rico ya existe. No obstante, y ante los problemas económicos del estado, se cometen dichos asesinatos en medio de un vacío direccional por parte del estado. No hay salvación. No hay fondos para hacer campañas educativas. No hay personal para promover la sana tolerancia entre las parejas y los géneros. En fin, un desastre.
Lo que se necesita no es más legislación, sino dirección y mucha educación. Ya veremos como salimos de esta otra epidemia.