Carlos García, un gran amigo, se nos ha ido

Justicia Social









A Carlos García, el hombre todo terreno, lo conocí cuando apenas tenía 12 años. Junto a Josean Díaz, dirigían una de las empresas económicas del Partido Socialista Puertorriqueño, llamada Viajes Antillas. Apenas tenía 12 años, y mi padre, Emiliano, como todo un buen caribeño, me envío a Cuba junto a un grupo de excursionistas boricuas a descubrir a mi otra patria, la de un tercio de mi familia, y sobre todo a vivir la revolución. Era yo apenas un niño, y me tenía que comportar como adulto.

En el trajín del tiempo, a relación de mi familia y su vinculación histórica con el pueblo y gobierno de Cuba, nos mantuvo en relación con Carlos García, quien al pasar del tiempo se convirtió en uno de los grandes amigos de mi padre. Siempre lo quisimos mucho y sobre todo, en los momentos más difíciles de la represión en Puerto Rico, ante los asesinatos de Santiago Chagui Pesquera, Carlos Muñiz, Arnaldo Darío Rosado, Carlos Soto Arriví y Cristóbal Rodríguez, siempre dijo presente ante las urgencias de mi familia.

En el pasar de los tiempos, y ante las transformaciones sociales y económicas, Carlos García como todos, continúo su trayecto de vida junto a su esposa e hijo. Como todos, él también cambió. Pero, pese a esto, nunca dejó de estar presente para nosotros en la familia Nina Estrella. Sobre todo a la muerte de nuestro padre en el 2010, Carlos estuvo con nosotros una noche para consolarnos y una vez más ofrecernos solidaridad.  

Hoy lo tenemos que despedir. Se nos fue hace menos de una semana, y siempre la pregunta que uno se hace es ¿si pudimos ayudar a que no se fuera? No sé. Muchos de la vieja izquierda, la que dio su vida en sangre por una Patria liberada, se nos van en la soledad. Lo siento. Hoy le sobrevive únicamente su hijo, pues su esposa, Carmen, había muerto hace apenas un mes. 

No obstante, ante su recuerdo y ante la memoria que siempre nos causó alegría en el seno de nuestro hogar, le diremos hasta pronto compañero Carlos García. Hasta pronto, querido amigo. Mucho Aché en tu gloria. Gracias por todo.