La energía del amor y los chakras

Caribe Hoy

De repente sientes que levitas sobre las aguas, que vibras en alegría y que la energía de vida está bien alta.  Esas son sensaciones que se sienten cuando se experimenta el amor.  La energía del amor no tiene edad, no tiene límites, es armónica y reconstituyente. Cada ser humano tiene una estructura energética que es necesaria para mantener el equilibrio del cuerpo.

 

Todos los seres vivos intercambiamos energía. Este intercambio es bien perceptible a través de nuestras emociones.  La energía de amor, particularmente, es una energía con una frecuencia vibratoria tan elevada que cuando conectamos con otra persona en la misma frecuencia, ese intercambio energético se manifiesta en nuestro cuerpo físico, nuestras actitudes, formas de ver la vida, optimismo, alegría, salud, felicidad.  Por lo tanto, para generar amor y mantener una salud holística balanceada no solo debamos ocuparnos de nuestro cuerpo físico sino también de nuestro cuerpo energético.

 

El centro energético de nuestro cuerpo se le conoce como los chakras. En el cuerpo tenemos siete chakras y con la alineación de estos centros de energía se revitalizan las energías y el cuerpo físico.  Es como echar gasolina a un tanque vacío de un carro para que pueda moverse.  Los siete chakras son: muladhara (chakra de la raíz), swadhisthana (chakra del sacro), manipura (chakra del plexo solar), anahata (chakra del corazón), vishuda (chakra de la garganta), anja (chakra del tercer ojo), y sahasrara (chakra de la corona).

 

La posición de los siete chakras coincide aproximadamente con el de las glándulas del sistema endocrino. En nuestro cuerpo físico el sistema nervioso central se compone de la medula espinal que conduce al cerebro, en nuestro cuerpo de energía, el sushumna, es la columna vertebral donde están localizados los siete chakras. Hay un paralelismo sorprendente entre nuestra estructura física y la metafísica.  De la misma forma que la medula espinal transmite impulsos entre el cerebro y las otras partes del cuerpo, por el sushumna circula la energía de la fuerza vital universal hacia arriba y desde los chakras de la raíz (el primero) hasta la corona (el séptimo).  Este recorrido de los chakras se conoce como el ascenso de Kundalini.

 

El muladhara o chakra de la raíz, es el primer chakra y está localizado en el coxis y corresponde a las glándulas suprarrenales (las que están encima de los riñones).  Estas glándulas secretan hormonas que regulan el metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos, además controlan el equilibrio de la sal y los líquidos corporales.  El chakra de raíz tiene una estrecha relación con los pies, como base que nos conecta a la tierra. En términos energéticos se vincula con la supervivencia física, con la seguridad, la energía física, las ganas de vivir. Se considera el centro de la fuerza vital. Se asocia con el color rojo.

 

El swadhisthana o chakra del sacro, es el segundo chakra y está localizado en la genitalia.  Corresponde a las glándulas sexuales que regulan el sistema reproductor femenino y masculino, y producen testosterona, estradiol, estrona y progesterona.  Este chakra también se relaciona con la vejiga, riñones, abdomen e intestinos, y tiene estrecha relación con las manos. En términos energéticos se vincula con la creatividad, la capacidad de amar, la energía sexual, nuestra propia sexualidad y el equilibrio emocional relacionado con la sexualidad.  El equilibrio de este chakra consigue que sentimientos negativos como el odio se transformen en sentimientos pacíficos de bondad y amor. Se asocia con el color naranja.

 

El manipura o chakra del plexo solar, es el tercer chakra y queda localizado en el plexo solar que ubica entre el estómago y el ombligo.  Las glándulas que corresponden a este chakra son las adrenales, páncreas e hígado.  Su función es regular los órganos de sistema digestivo. A parte de estimular la digestión también estimula el sistema nervioso y actúa en los procesos de purificación y eliminación de toxinas del cuerpo. Disfunciones físicas relacionadas a este chakra son la diabetes, las ulceras estomacales y los cosquilleos estomacales cuando se experimenta miedo. En términos energéticos se vincula con la autoestima, la vitalidad, la fuerza de voluntad, la capacidad para conseguir logros, controlar situaciones y conectar con otras personas. Se asocia con el color amarillo.

 

El anahata o chakra del corazón, es el cuarto chakra y está localizado en el plexo cardiaco donde ubica el corazón. Las glándulas que corresponden a este chakra son los paraganglios supracardiacos y el timo, que es una glándula del tórax que produce linfocitos u hormonas fundamentales para el sistema inmunológico y para el crecimiento en general.  Su función es regular el sistema circulatorio y los vasos sanguíneos. En términos energéticos se vincula con el autoconocimiento, el estar abierto con la vida, el sentido de amor propio y para los demás. Es el centro de pasión de donde se manifiesta la voluntad de amar y perseguir nuestros deseos. Se asocia con el color verde.

 

El vishuda o chakra de la garganta, es el quinto chakra y está localizado en la base del cuello. A este chakra le corresponden las glándulas tiroides y paratiroides. Su función es controlar el sistema respiratorio, el aparto vocal, el bronquial y el oído interno.  Estas glándulas controlan el crecimiento y se cree que afectan el desarrollo mental. En términos energéticos se vincula con todas las formas de comunicación: la autoexpresión, la capacidad de asimilación, la sabiduría interna, la comunicación con los demás, con todo lo relacionado con el sonido, con el hablar, escuchar o escribir. Se relaciona con el sentido del “yo” dentro del grupo/profesión que se ocupa por lo que se conoce como centro profesional. Este chakra canaliza la necesidad de equilibrio entre el enfoque racional de cerebro y la expresión emocional del corazón. Se asocia con el color azul turquesa.

 

El anja o chakra del tercer ojo, es el sexto chakra y está localizado en la frente entre ceja y ceja. A este chakra le corresponde la glándula pituitaria que se encuentra en la base del cráneo. Su función es regular el equilibrio hormonal del organismo, produce hormonas de crecimiento, y otras que estimulan las glándulas sexuales, provocan la ovulación y la producción de hormonas de las tiroides. En términos energéticos se vincula con la capacidad de comprensión, de visión interior, y de entender conceptos, con la capacidad creativa y de generar ideas. Se asocia con el color índigo.

 

El sahasrara o chakra de la corona, es el séptimo chakra y está localizado en la coronilla. A este chakra le corresponde la glándula pineal, que es el centro de control del funcionamiento eficaz del ser físico, emocional y mental. Su función es actuar como el reloj interno del cuerpo, regula el sueño y se vincula con la producción de melatonina. En términos energéticos se vincula con la espiritualidad, con sentimientos cósmicos de plenitud vital. Se considera el centro del alma. Se asocia con el color violeta, está representado por una flor de loto de color blanco o púrpura con unos 1000 pétalos y se encarga de recoger la energía espiritual de la naturaleza y la tierra por la Serpiente Kundalini.

 

Si aprendemos a ocuparnos de nuestro cuerpo energético, así como hacemos con nuestro cuerpo físico, seremos capaces de elevar nuestros canales de energía, logrando ser más sanos física, mental y espiritualmente.  A través de la práctica de reiki se puede trabajar el balance de nuestros chakras.  Esto nos ayudaría a abrir y dejar fluir esa energía de amor que es necesaria, para dar y recibir amor a otros, pero principalmente darnos amor propio. En víspera de la celebración de San Valentín, es importante crear conciencia de la importancia de abrir y balancear nuestros canales energéticos para que nuestra energía amorosa fluya no solo un 14 de febrero sino los 365 del año.