El alcalde incumbente de la ciudad de San Juan, Jorge Santini, hasta este evento se dedicaba a perseguir a los grafiteros/artistas urbanos. Es curioso, pues se las buscaba para reprimir lo que él mismo designaba como vandalismo. Tan es así, que sin capital económico y a nombre del progreso, hace menos de un mes señaló que habría de expropiar 19 edificaciones abandonadas por sus dueños para convertirlas, literalmente en estacionamiento. Ni hay recursos para comprar los edificios, ni hay carros para aparcar, pero la lógica represiva del alcalde era “mejor destruir, que permitir arte”.
Ahora bien, la sagacidad de la juventud, de los artistas y sobre todo de aquellos y aquellas que creen en el derecho de libertad de expresión, se impusieron. Ahora el alcalde tiene un soberano problema. O derrumba los edificios y se pierde la inversión artística hecha por los jóvenes, o re/articula el proyecto y lo convierte en un paseo turístico de arte urbana.
Bajo la última lógica, San Juan, y Santurce en particular, se convierte en una canva gigantesca, y se hace galería de arte al aire libre.
En una importante iniciativa, se desarrolla un movimiento social fuera del estado que ha pintado toda la ciudad, por lo menos el distrito abandonado de Santurce (en San Juan). Se trata del proyecto Arte Urbano / Las Paredes Hablan, que un grupo de jóvenes artistas ha iniciado para pintar la ciudad con murales. Lo impresionante es que inicialmente era una iniciativa de seis artistas del patio y seis artistas internacionales. La actividad acabó siendo una mega actividad, en la cual se han movilizado decenas de jóvenes a pintar. En una historia paralela en este periódico comentamos sobre este evento (EPA, 16/10/12). Ahora bien, el eterno dilema, ¿se trata de arte o de vandalismo?