Carmen Alicia Morales, In memoriam

Cultura
(San Juan, 10:00 a.m.) Los jardines de Casablanca, los adoquines, las vetustas ermitas, las estructuras del Viejo San Juan te echarán de menos.
Carmen Alicia Morales, historiadora no oficial, pero muy presente en nuestras vidas, tiene una trayectoria difícil de superar. Medievalista cuya excelencia está reconocida mundialmente, exudaba alegría de vivir no importa qué ni cuándo ni dónde. Luchó incansablemente por echar adelante dos maravillosas hijas, de las cuales hablaba con mucho orgullo, así como de sus nietos.

Conocí a la doctora Carmen Alicia Morales en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, cuando comenzaba, en 2014, a trabajar con la Asociación de Historia del Viejo San Juan. Yo era la presidenta del Consejo de Estudiantes y ella buscaba cómo hacer la primera asamblea de la asociación. Desde que nos conocimos, se estableció una química increíble. Era un motor incansable, cuyo combustible era su eterna preocupación por el Viejo San Juan. Incorporó la ADHDVSJ, abrió cuentas de su peculio, realizó todos los tramites con las agencias de gobierno: caminó ceca, meca y tuntuneca, hasta que logró su cometido.
Luego, a buscar un logo. Estuvimos enviándonos correos. Yo le sometía ideas y ella las rechazaba, hasta que hicimos un logo digno de la asociación y que comenzara a conmemorar los 500 años de la Ciudad de San Juan, gesta que se celebraría en 2021. Su visión estaba puesta en lograr que se reconociera mundialmente el Quinto Centenario de la fundación de nuestra capital en la isleta de San Juan.

Luego de mucho esfuerzo, montamos el Primer Congreso de Historia del Viejo San Juan, el 28 de marzo de 2015, con un programa basado en mucha historia. Se celebró en el Aula Magna del CEAPRC con la ayuda meritoria del rector Arql. Miguel Rodríguez López. La Asamblea Municipal del Gobierno Autónomo de San Juan otorgó un merecido reconocimiento a la asociación y a Carmen Alicia. Auspiciaron esta actividad, además del CEAPRC, el Consejo de Estudiantes del CEAPRC, la Asociación de Estudiantes Graduados de Historia del CEAPRC y la Asociación Puertorriqueña de Historiadores.

Desde los inicios, Carmen Alicia se empeñó que fuera la directora de congresos. Contuberniábamos los temas de los congresos. Ella se empeñaba en conseguir recursos para las ponencias y yo de la parte del montaje, hacer los programas, velar que corriera sobre ruedas.

Ese primer congreso fue todo un éxito y pavimentó el camino para los congresos posteriores. Un esfuerzo titánico de parte de Carmen Alicia, pues conseguir ponentes con temas específicos no es nada fácil. Muchos rechazaron participar, pero ella nunca se amilanó. Decía que los hostigaba hasta conseguir su cometido. Para el Segundo Congreso, lanzamos una convocatoria desde el 2015, con fecha limite del 31 de enero de 2016. Una vez alcanzado el éxito en el primer congreso, suponíamos que tendríamos casa llena. Detrás de los historiadores tuvo que ir Carmen Alicia para conseguir ponencias.

El Segundo Congreso se celebró el 2 de abril de 2016, con dos mesas: Fundación de la ciudad y Vida Cotidiana. Ya teníamos constituida una junta, la cual apoyaba nuestros esfuerzos, nos ayudaba en las mesas, en las promociones y en la organización general. Esta junta está compuesta por Carmen Alicia en la cabeza, como presidenta. Freddy Vélez es el vicepresidente, Hilda Rodríguez Jiménez la secretaria, Juan Fernández García como tesorero, Isabel Pérez-Montes como vocal del comité de congresos, Josué Caamaño Dones, como vocal del comité editorial, Sonia Villaverde.

Ese trayecto continúo casi ininterrumpidamente, a excepción de la pandemia, que por poco nos quita la oportunidad de celebrar el Quinto Centenario de nuestra ciudad de San Juan. Ese fue uno de los eventos internacionales, con participación de varios países caribeños y peninsulares. Así, laboramos por 10 años, comunicándonos, por lo menos, una vez cada mes. Había meses en que hablábamos dos y tres veces al día.

Recuerdo la Navidad en que Carmen Alicia y Federico nos acompañaron a una Fiesta de Reyes de mi familia en el sector Pastales del barrio Caguana de Utuado. Como experta güirista, nos deleitó acompañando a los músicos. También nos declamó poemas de su inspiración. ¡Cuánto gozaron con nosotros!
Cabe señalar que, en cuanto hacía un embeleco, Fede - su adorado Fede - iba detrás abriendo brechas para que ella estuviera feliz. La acompañó en su eterno vagabundear
por Europa y Suramérica. Lo más que le gustaba contar fue cuando estaba en Argentina y Fede le gritó desde la acera contraria que se casara con él. Perderlo fue un golpe duro para ella, en especial todo el proceso final de cuidado. Sucedió tras una lucha diaria, a desmayar, por cuidarlo. Además de una vida de trabajo constante, estudió maestría y doctorado ya mayor. No cejó nunca en su caminar. Crió una familia ejemplar. ¿Qué más se puede decir de esta apasionada de la historia del Viejo San Juan? Tanto, pero no da la cuartilla.

Extrañaré las tacitas de café con la que nos convidaba. Me parece que fue Fede quien la vino a buscar.