Soñando con [otro] Puerto Rico

Política
(San Juan, 11:00 a.m.) “Si por casualidad, duermo y sueño, que estoy en Puerto Rico”, ¿qué quisiera cambiar, ¿qué no quisiera ver, ¿qué quisiera lograr? Pienso en estas preguntas que pocos se hacen, pero que obligan a pensar para sugerir cambios.

Quisiera cambiar que los noticieros locales, de radio y televisión, no comenzaran con que la gran noticia de la hora, es el asesinato o los asesinatos más recientes. El crimen más abominable, la tragedia de un individuo o una familia en su casa, por ejemplo: (fuegos, violaciones, maltrato conyugal). Todo eso son hechos que merece la pena conocer, para ver cómo remediarlos o cómo ayudar a quienes los sufren. Pero porqué tienen que ser la gran noticia de la hora, porqué copiarse de lo que llaman en EE UU, “ breaking news”, refiriéndose a lo sensacional, la noticia que vende. No son noticias que edifican, que son de admirar o respetar. Nuestros medios de comunicación siguen la tendencia que alguien les enseñó y no se cuestiona, ni se reta, que al pueblo ese sensacionalismo es lo que le gusta y es lo que vende.

Necesitamos que la gran noticia de la hora sea: el niño o la niña que trabaja para ayudar a sus padres o cuidar a sus hermanos a crecer en un ambiente seguro, libre de traumas emocionales. El atleta que utiliza el deporte para cuidar su salud, para desarrollarse como un ícono de ética y de trabajo, para representar con dignidad a su país, para ser símbolo de resistencia y ejemplo nacional. Los maestros que usan de su salario, para comprar materiales para sus estudiantes y mejorar su entorno de trabajo. Los(as) que hacen trabajo voluntario enseñando deportes, artes, música, ciencia agroecológica y también como utilizar los recursos bioquímicos del propio cuerpo, para sanar, como las endorfinas y la dopamina que genera nuestro cerebro.

No quisiera ver a políticos(as) haciendo papeles ridículos en radio o televisión, para que digan que son humildes o que son de pueblo. No quisiera ver gobernantes que, ante la injusticia de aumentos de agua y luz irrazonables, de impuestos regresivos, de salarios insuficientes en el servicio público, nos digan que seamos tolerantes, nos pidan paciencia, mientras los directivos de grandes corporaciones ganan sueldos exorbitantes. No quisiera que cuando se exige que los programas de gobierno enfaticen en cumplir con servicios esenciales, como lo es salud, vivienda, la creación de empleos permanentes, no probatorios por tiempo irrazonable, se utilice el nuevo mantra: “Eso es populismo”, para desacreditar los reclamos de justicia que hace el pueblo. Si lo es, que sea populismo; si a su vez es lo justo y necesario para garantizar la dignidad del ser humano, que es un derecho constitucional fundamental.

¿Qué quisiera lograr, qué necesitamos lograr como pueblo? Necesitamos restaurar la ética del trabajo como un valor fundamental. Resocializarnos para trabajar y ganar lo necesario antes que pedir. Pedir no es malo, cuando no hay otro recurso u otra alternativa, pero no debe ser la primera opción. Lo primero que hay que hacer ante una necesidad primaria, es crear, examinar, pensar en cómo podemos resolverla sin que otro(a) lo haga por nosotros. La base de la libertad personal y colectiva, es hacer de la autosuficiencia un fin ético.  Establecer como objetivo nacional que la protección del ambiente, el respeto a la educación pública y el dialogo entre pensamientos divergentes, es un presupuesto necesario para un desarrollo auto sostenible. No estaba durmiendo y soñando con Puerto Rico, estoy pensando cómo reconstruimos la patria para que nadie o pocos, tengan que abandonarla y que no nos la quite el holandés.